El pueblo del gallo de las rocas


Había una vez, en lo más profundo de la selva, un pueblo de nativos llamado Piasaje, donde vivían en armonía con la naturaleza.

En este lugar, se encontraba el misterioso y majestuoso gallo de las rocas, una ave colorida y hermosa que era considerada sagrada por los nativos.

Todos los años, durante la época de la cosecha, el pueblo celebraba con una gran fiesta en honor al gallo de las rocas, agradeciendo por la abundancia de alimentos que les brindaba la selva. Sin embargo, un año, una sequía sin precedentes azotó la región, y los cultivos comenzaron a marchitarse. Los nativos se vieron desesperados al ver que la comida escaseaba, y temían que la fiesta anual no pudiera realizarse.

Entonces, decidieron buscar al gallo de las rocas, conocido por su sabiduría y capacidad para buscar alimentos en los momentos más difíciles.

-¡Tenemos que encontrar al gallo de las rocas! Él nos ayudará a encontrar comida en esta dura sequía -exclamó el sabio anciano del pueblo, llamado Taita. Con esa determinación, un grupo de valientes nativos emprendió un viaje hacia las profundidades de la selva, en busca del gallo de las rocas.

Durante su travesía, enfrentaron desafíos y peligros, pero nunca perdieron la esperanza. Finalmente, después de días de búsqueda, encontraron al majestuoso gallo de las rocas, quien les enseñó cómo encontrar plantas y frutas que podían resistir la sequía.

Con esta valiosa enseñanza, los nativos regresaron al pueblo y compartieron sus conocimientos con todos, logrando así salvar la cosecha y asegurar la realización de la tan ansiada fiesta.

El gallo de las rocas fue honrado como el salvador del pueblo, y a partir de ese día, el pueblo de Piasaje aprendió a ser más prudente y a valorar la importancia de la sabiduría y la solidaridad en tiempos difíciles.

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