El Puente Automático y el Viaje de las Hormiguitas




Había una vez en un tranquilo bosque, un grupo de hormiguitas que soñaba con explorar más allá del río que les impedía conocer nuevos mundos. Un día, descubrieron un puente mágico y automático construido por las hadas del bosque.

"¡Miren, miren! ¡Un puente automatizado!" exclamó emocionada Rosita, la hormiguita más valiente del grupo. Las demás hormiguitas no podían creer lo que veían. "¿Creen que podamos cruzar?" preguntó nerviosa Lola, la más precavida del grupo.

"¡Claro que sí! ¡Vamos a descubrir lo que hay al otro lado!" respondió decidida Rosita. Las hormiguitas, con un poco de miedo pero mucha emoción, iniciaron su travesía sobre el puente automático.

Al principio, el puente se movía suavemente y ellas marchaban con paso firme, pero de repente, el puente se detuvo. "¡Oh no! ¿Qué pasó?" exclamó Lola. Las hormiguitas estaban asustadas, pero recordaron que juntas podían superar cualquier desafío. Decidieron reparar el puente trabajando en equipo.

"Pongamos cada una un granito de arena para arreglar los engranajes" propuso Rosita. Así lo hicieron y el puente volvió a funcionar. Llegaron al otro lado del río y descubrieron un hermoso prado y un nuevo bosque por explorar. Las hormiguitas celebraron su valentía y trabajo en equipo.

Desde ese día, el puente automático se convirtió en un símbolo de superación y compañerismo para todas las hormiguitas del bosque.

FIN.

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