El Puente de Colores



En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, vivían dos amigos, Lía y Sam. Lía era una niña blanca con cabellos dorados y ojos azules, mientras que Sam era un niño negro con piel brillante y una sonrisa contagiosa. A pesar de sus diferencias, compartían un vínculo especial y se divertían explorando el pueblo.

Un día, mientras caminaban por el bosque cercano, descubrieron un antiguo puente cubierto de enredaderas. "¡Mirá, Lía!"- exclamó Sam, señalando el puente. "¡Nunca lo había visto!"- dijo Lía, mostrando emoción. Ambos decidieron cruzarlo para ver qué había al otro lado.

Al llegar al centro del puente, un espíritu del bosque apareció, una figura mágica con un brillo radiante. "Bienvenidos, amigos del Arcoíris. He estado observando su amistad. Para cruzar el puente completamente, deben resolver un acertijo."- dijo el espíritu con una voz melodiosa.

"¡Un acertijo! Suena divertido,"- comentó Sam emocionado. "¿Qué debemos hacer?"- preguntó Lía.

"Escuchen bien: ¿Qué color se forma cuando juntan todos los colores del arcoíris?"- preguntó el espíritu.

Lía pensó por un momento. "¡Blanco!"- exclamó. Sam frunció el ceño y dijo: "No, creo que es negro."- El espíritu sonrió y les dijo: "Ambos están en lo cierto, pero la respuesta verdadera es el amor, porque es lo que une todas las diferencias."-

El espíritu continuó: "Para cruzar, deben mostrarme cómo se complementan a pesar de sus diferencias."-

Lía y Sam se miraron, comprendiendo que cada uno tenía cualidades únicas. "Yo puedo dibujar cosas hermosas, ¿puedes ayudarme a colorearlas, Sam?"- preguntó Lía. "¡Claro! ¡Podemos crear algo increíble juntos!"- respondió Sam.

Así, comenzaron a trabajar juntos, combinando los talentos de cada uno. Lía dibujó un inmenso mural en el lado del puente, mientras Sam elegía los colores más vibrantes. Cuando terminaron, el mural parecía cobrar vida, mostrando flores de todos los colores.

El espíritu del puente aplaudió. "¡Eso es! Han usado su amistad y creatividad para demostrar que en la unión hay fuerza. Ahora pueden cruzar el puente.”-

Lía y Sam cruzaron el puente y llegaron a un lugar lleno de criaturas mágicas y colores brillantes. Había hadas danzando, arcoíris brillando en el cielo, y todo era un espectáculo de maravillas. "Nunca hubiera imaginado que existiera algo tan hermoso aquí,”- dijo Sam, maravillado. "Sí, es increíble,”- respondió Lía. "Y todo gracias a que decidimos colaborar y usar nuestras diferencias a nuestro favor."-

Mientras exploraban, encontraron a unos animales tristes porque estaban separados por un pequeño arroyo. "¿Qué les pasa?"- preguntó Lía. "No podemos jugar, estamos muy lejos,”- dijo un pequeño conejo.

Sam sonrió y tuvo una idea. "¿Y si construimos un puente como el que cruzamos?"- sugirió. Lía asintió, y juntos comenzaron a recolectar ramas y hojas. Con el trabajo en equipo y su imaginación, construyeron un puente improvisado que conectaba ambos lados del arroyo.

Los animales saltaron de alegría y comenzaron a jugar juntos. "¡Gracias, Lía y Sam!"- gritaron todos juntos. "¡Son verdaderos amigos!"-

Al final del día, Lía y Sam regresaron a su pueblo. "Hoy aprendí que nuestras diferencias son nuestro mayor tesoro,"- dijo Lía. "Sí, y que con amor y colaboración podemos hacer cosas impresionantes,"- añadió Sam.

Desde ese día, decidieron usar su amistad para seguir ayudando a otros en el pueblo y demostrar que no importan las diferencias, lo que importa es la unión y el respeto. Así, el puente de colores se convirtió en símbolo de amistad y aceptación en Arcoíris, donde todos, sin importar su color o forma, podían encontrar un lugar juntos.

FIN.

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