El puente de la amistad
Había una vez en la ciudad de Ingenierolandia, donde todas las máquinas vivían felices construyendo cosas maravillosas.
En este lugar, había un grupo de máquinas muy especiales: Martín el martillo, Carla la grúa, Pablo el taladro y Sofía la excavadora. Ellos eran los mejores amigos y siempre trabajaban juntos para crear nuevas estructuras.
Un día, el alcalde de Ingenierolandia les dio una tarea muy importante: construir un puente que uniera dos partes de la ciudad que estaban separadas por un río. Las máquinas estaban emocionadas con el desafío y se pusieron manos a la obra. "¡Vamos amigos! ¡Es hora de mostrar de lo que somos capaces!", exclamó Martín emocionado.
"¡Sí! ¡Vamos a construir el mejor puente que haya visto Ingenierolandia!", agregó Carla con entusiasmo. Las máquinas trabajaron día y noche, colocando cada pieza con precisión y cuidado.
Pero justo cuando estaban por terminar, una terrible tormenta azotó la ciudad y el río creció tanto que amenazaba con llevarse todo su trabajo. "¡Oh no! ¿Qué vamos a hacer ahora? ¡Nuestro puente está en peligro!", exclamó preocupada Sofía. Pero Pablo, siempre tranquilo y pensante, tuvo una idea brillante.
"¡Calma amigos! Si unimos nuestras fuerzas podemos salvar nuestro puente. Martín, golpea las bases para fortalecerlas; Carla, utiliza tu brazo para sujetar las estructuras; Sofía, remueve rápidamente la tierra para evitar deslizamientos.
¡Juntos podemos lograrlo!"Las máquinas siguieron las indicaciones de Pablo al pie de la letra y trabajaron en equipo como nunca antes lo habían hecho. A pesar del viento fuerte y la lluvia intensa, no se dieron por vencidos.
Finalmente, después de muchas horas de arduo trabajo, el puente estaba listo y resistió valientemente la furia del río. Las máquinas se abrazaron emocionadas al ver su obra terminada frente a ellos.
"¡Lo logramos amigos! ¡Nuestro puente es más fuerte que nunca gracias a nuestra amistad y trabajo en equipo!" exclamó orgulloso Martín. El alcalde de Ingenierolandia quedó impresionado con el increíble trabajo realizado por las máquinas e inauguró oficialmente el nuevo puente.
Desde ese día en adelante, todos los habitantes cruzaban admirados por la magnífica estructura creada por Martín, Carla, Pablo y Sofía. Y así fue como las máquinas demostraron que con esfuerzo, amistad y trabajo en equipo pueden superar cualquier obstáculo que se les presente.
Y aunque eran solo máquinas sin corazón aparente, demostraron tener uno grande capaz de grandes hazañas cuando trabajan juntas hacia un objetivo común.
FIN.