El Puente de la Amistad
En lo más profundo de la selva, donde los árboles tocaban el cielo y los ríos cantaban al correr, vivían dos grandes rivales: Leo el León y Timo el Tigre. Ambos eran conocidos por su fuerza y valentía, pero también eran conocidos por ser enemigos declarados.
Un día, mientras Leo paseaba orgulloso por su territorio, se dio cuenta de que el río había crecido tanto por las lluvias que se había desbordado y bloqueaba el camino a su cueva. "¡Esto es un desastre!"- rugió Leo.
En la otra parte del río, Timo también se enfrentaba a un problema. Su hogar estaba casi inundado y necesitaba cruzar el río para buscar alimento. "No puedo dejar que esto arruine mi hogar"- gruñó Timo, con la mirada fija en el otro lado.
De repente, un grupo de animales se reunió en la orilla. "¡Hay que hacer algo!"- dijo la ardilla, nerviosa. Todos hablaban al mismo tiempo, pero no llegaban a ninguna solución. Fue entonces cuando Leo, con su voz fuerte, dijo: "¡Necesitamos un puente para cruzar!"-
Los animales asintieron, pero al mirar al río, se dieron cuenta de que construir un puente no sería tarea fácil. "Pero... ¿quién se atreverá a ayudar?"- preguntó un pájaro.
Todos los ojos se volvieron hacia Leo y Timo. Ambos, aunque rivales, sabían que debían unirse si querían salvar a su hogar. Mirándose de reojo, Leo comenzó: "No podemos hacerlo solos, Timo. Si uno de nosotros fracasa, los dos perderemos."-
Timo, aunque dudaba, sabía que tenía razón. "Está bien, Leo. Trabajemos juntos por el bien de todos."-
Así, los dos rivales se pusieron manos a la obra. Trabajaron codo a codo, primero recolectando madera y lianas. Timo era magnífico trepando los árboles y Leo usaba su fuerza para derribar ramas. "Mirá cómo lo hago, Timo. ¡Súbete a esta rama y ayúdame desde arriba!"- dijo Leo.
"Está bien, pero no me hagas caer, ¿eh?"- respondió Timo con una sonrisa.
Mientras construían, los otros animales los observaban. Al principio, algunos murmuraban: "No creo que estos dos puedan trabajar juntos."- Pero pronto sus dudas se disiparon al ver cómo ambos usaban sus habilidades para el bien común.
Cada día, Leo y Timo se esforzaban más y más, incluso se empezaron a compartir historias de cuando eran pequeños. "Siempre pensé que los leones eran muy arrogantes"- dijo Timo. "Y yo siempre creí que los tigres eran demasiado orgullosos"- respondió Leo. Pero a medida que avanzaban, comenzaron a ver las cosas de otra manera.
Un día, cuando el puente ya estaba casi terminado, ocurrió un gran contratiempo. Una tormenta desató llaves de agua, y el río aumentó su caudal de forma peligrosa. "¡Rápido! Necesitamos terminar este puente antes de que el río nos lo lleve todo"- gritó Leo con angustia.
"¡Sí!"- respondió Timo. "Vamos a hacerlo rápido, Leo. ¡Yo me encargaré de la parte débil!"-
Mientras trabajaban intensamente, el río se alzó aún más. Sin embargo, sabían que no podían rendirse. "No podemos dejar que todos en la selva se queden aislados"- exclamó Leo. Con cada clavo que ponían, con cada tira de liana que utilizaban, fortalecían su conexión no solo con el puente, sino también entre ellos.
Finalmente, tras mucho esfuerzo y dedicación, terminó el puente. Al contemplarlo, Leo y Timo se sonrieron. "Lo logramos, amigo"- dijo Timo, sin poder evitarlo. "¡Sí, juntos, y fue más fácil de lo que pensé!"- respondió Leo, emocionado.
Los animales comenzaron a cruzar el puente y aplaudieron a Leo y Timo. "¡Son unos héroes!"- gritó la ardilla. "¡Gracias por unirnos!"- dijeron los demás.
Leo y Timo, exhaustos pero felices, se dieron cuenta de que trabajar juntos no solo había salvado sus hogares, sino que también había forjado una amistad.
"Quizás deberíamos hacer esto más a menudo"- sugirió Timo, sonriendo. "Claro, amigo. ¡La próxima vez, a construir algo aún más grande!"- respondió Leo, con su gran risa retumbando en la selva.
Así, los dos rivales no solo ganaron un puente, sino un lazo de amistad que se convertiría en una leyenda en la selva.
FIN.