El Puente de la Amistad



En un pequeño pueblo llamado Valle Verde, un río cristalino separaba a los habitantes en dos orillas. A un lado vivía Sofía, una niña creativa y llena de ideas, mientras que del otro estaba Tomás, un niño aventurero que soñaba con cruzar ese río.

Un día, mientras Sofía miraba hacia el otro lado del río, vio cómo los niños jugaban, pero los risas se veían un poco apagadas. El puente que solía conectar las dos orillas llevaba años en mal estado y era peligroso cruzarlo. Al ver eso, Sofía tuvo una gran idea.

- “¡Voy a organizar un evento para recaudar fondos y reparar el puente! ” - exclamó Sofía entusiasmada.

Con mucho esfuerzo, Sofía comenzó a planificar todo. Hizo carteles de colores y los pegó en todo el pueblo. - “¡Fiesta del Puente! Ven a disfrutar, habrá juegos, comida y sorpresas! ” - decía el cartel.

Los días pasaron y el evento se acercaba. Sofía se dio cuenta de que necesitaría más ayuda, y fue entonces cuando decidió cruzar ese puente en ruinas. Se llenó de valor y con un poco de miedo, comenzó a caminar hacia el otro lado. Justo al llegar al puente, escuchó una voz del otro lado.

- “¡Espera! ¡No cruces! ” - gritó Tomás desde su lado.

Sofía, con una sonrisa, le respondió. - “¡Yo soy Sofía! Estoy organizando un evento para reparar este puente. ¿Quisieras ayudarme? ”

Tomás se acercó cautelosamente, y al escuchar la idea de Sofía, su expresión cambió. - “¡Eso suena genial! Siempre he deseado cruzar para jugar con los amigos de tu lado.”

Ambos comenzaron a hablar y a compartir ideas. Decidieron trabajar juntos y combinar sus habilidades. Sofía trajo su creatividad y Tomás su energía. Juntos, organizaron increíbles juegos, un concurso de dibujo y una venta de tortas.

El día de la fiesta llegó y todos en el pueblo estaban emocionados. Sofía y Tomás, que se habían hecho grandes amigos, se pusieron a trabajar.

- “¡Qué alegría ver a todos aquí! ” - dijo Sofía mientras sonreía a la multitud.

- “¡Sí! ¡Hagamos que este evento sea inolvidable! ” - respondió Tomás con entusiasmo.

La fiesta fue un éxito rotundo. Los niños reían, los adultos compraban tortas y muchos se unieron a los juegos. Pero en medio de la diversión, un hombre mayor del pueblo, Don Pedro, se acercó al escenario.

- “Es maravilloso ver a los niños uniendo fuerzas por una causa tan importante. Me gustaría contribuir con una donación para reparar el puente.” - dijo Don Pedro mientras entregaba un sobre lleno de dinero.

Sofía y Tomás se miraron emocionados y agradecieron a Don Pedro. - “¡Gracias! Esto ayudará muchísimo a que nuestro sueño se haga realidad.”

A medida que el sol comenzaba a ponerse, Sofía y Tomás contaron el dinero recaudado y se dieron cuenta de que había superado sus expectativas.

- “Con esto, ¡podremos reparar el puente y tener una gran inauguración! ” - afirmó Sofía.

- “Y por fin podremos jugar juntos todos los días.” - agregó Tomás con una gran sonrisa.

Días después, la comunidad se unió para reparar el puente. Con el apoyo de todos, el puente fue renovado y convertido en un lugar lleno de color y alegría.

Finalmente, llegó el día de la inauguración. Sofía y Tomás, con un par de tijeras en la mano, estaban listos para cortar la cinta.

- “¡Lo logramos! ” - gritaron juntos mientras la multitud aplaudía.

- “Este puente no es solo de madera y clavos, es un símbolo de amistad y colaboración.” - decía Sofía, mientras Tomás asentía.

A partir de ese día, Sofía y Tomás no solo cruzaban el puente para jugar, sino que también lo llenaron de risas y nuevos recuerdos, llevando a todos los niños de Valle Verde a vivir aventuras de la mejor manera: juntos.

FIN.

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