El Puente de la Esperanza



En un pueblo rodeado de montañas vivía una niña llamada Ana. Ana siempre había deseado cruzar el río que dividía el pueblo en dos, pero no había puente que lo conectara. Un día, Ana decidió construir un puente ella misma.

Reunió palos, cuerdas y ayudó de sus amigos, y juntos comenzaron a construir el puente. "¡Vamos, amigos! Con esfuerzo y trabajo en equipo, lograremos construir nuestro puente hacia la otra orilla", dijo Ana con entusiasmo.

Día tras día, trabajaron duro, enfrentando desafíos y superando obstáculos. Finalmente, el puente estuvo listo. "¡Lo logramos!" exclamó Ana emocionada. Cruzaron el puente hacia el otro lado y descubrieron un hermoso bosque lleno de flores y árboles frondosos.

La noticia del puente se extendió rápidamente por el pueblo y pronto todos acudieron a cruzarlo. El puente se convirtió en un símbolo de esperanza y unión. Con el tiempo, Ana y sus amigos decidieron embellecer el puente con colores vibrantes y mensajes de amor y amistad.

Cada persona que cruzaba el puente se sentía alegre y animada. El pueblo comenzó a prosperar, ya que el puente había unido a todos en un espíritu de colaboración y esperanza.

Ana y sus amigos se dieron cuenta de que habían construido algo más que un simple puente; habían construido un camino hacia un futuro mejor.

A partir de entonces, cada vez que alguien necesitaba un poco de aliento o ánimo, se dirigía al Puente de la Esperanza, cruzándolo con la certeza de que siempre encontraría la fuerza y el apoyo que necesitaba.

FIN.

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