El puente de la igualdad en Arcoíris


Había una vez en un reino muy lejano llamado Arcoíris, donde reinaba la igualdad y la equidad entre todos sus habitantes.

En este reino vivían dos amigos inseparables: Martina, una valiente niña con el cabello largo y rizado; y Tomás, un curioso niño de ojos brillantes. Un día, mientras paseaban por el bosque encantado de Arcoíris, se encontraron con una situación que les llamó la atención.

Vieron a un grupo de duendes trabajando en la construcción de un puente, pero notaron que todos los duendes eran varones. Martina y Tomás se acercaron para preguntarles por qué no había ninguna duende mujer ayudando en la obra.

- ¿Por qué solo hay duendes varones construyendo el puente? -preguntó Martina con curiosidad. Los duendes se miraron entre ellos y uno de ellos respondió: "Es que las tareas de construcción son muy pesadas y peligrosas para las mujeres".

Martina frunció el ceño y dijo: "¡Eso no es cierto! Las mujeres también pueden hacer cualquier trabajo que se propongan. Nosotras somos fuertes y capaces". Tomás asintió con entusiasmo y agregó: "Además, la equidad de género significa darle las mismas oportunidades a hombres y mujeres para realizar cualquier tarea".

Los duendes reflexionaron sobre las palabras de los niños y decidieron darles una oportunidad a Martina y a otras duendes interesadas en trabajar en la construcción del puente.

Así fue como Martina lideró un equipo mixto de duendes que trabajaron juntos con alegría y cooperación para completar la obra. Al finalizar el puente, todo el reino de Arcoíris celebró la valentía y determinación de Martina, Tomás y los demás duendes que demostraron que no existen tareas exclusivas para hombres o mujeres.

La igualdad de género era fundamental para mantener armonía en el reino. Desde ese día, en Arcoíris se promovió aún más la equidad entre todos sus habitantes, recordando siempre que juntos podían lograr grandes cosas sin importar su género.

Y así, Martina se convirtió en un ejemplo inspirador para todas las niñas del reino, demostrando que con esfuerzo y determinación, pueden alcanzar sus sueños sin límites impuestos por estereotipos obsoletos.

Y colorín colorado este cuento corto sobre equidad de género ha terminado.

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