El Puente de la Paz



Había una vez, en un lejano océano, dos criaturas gigantes que vivían pacíficamente: el Leviatán y el Behemoth. El Leviatán era una enorme serpiente marina con escamas brillantes y dientes afilados como cuchillos.

Por otro lado, el Behemoth era un colosal elefante marino con una piel gruesa y fuertes patas. Un día, los dos amigos se encontraban jugando a las escondidas cuando de repente escucharon una voz misteriosa resonando desde lo más profundo del océano.

Era la voz de Dios anunciando el Juicio Final. El Leviatán y el Behemoth se miraron asustados, sin saber qué significaba todo esto. Decidieron ir juntos hacia la superficie para encontrar respuestas.

Al llegar a la orilla del mar, vieron a miles de animales reunidos esperando su destino final.

Entre ellos estaba un pequeño pez llamado Pepito, quien les explicó que Dios había convocado a todas las criaturas para decidir quién era digno de vivir en un nuevo mundo lleno de paz y armonía. El Leviatán y el Behemoth sabían que debían enfrentarse entre sí para demostrar su valentía, fuerza y sabiduría ante Dios. Pero no querían lastimarse mutuamente ni poner en peligro a los demás animales.

Decidieron buscar al anciano tortugo Don Quijote para pedirle consejo sobre cómo resolver esta situación complicada. Don Quijote les dijo:"-Queridos amigos, entiendo sus preocupaciones pero recuerden que la verdadera grandeza no está en causar daño sino en ayudar a los demás.

Tal vez, si trabajan juntos, puedan encontrar una solución pacífica. "Inspirados por las palabras de Don Quijote, el Leviatán y el Behemoth idearon un plan.

Decidieron construir un puente gigante que uniera dos islas cercanas para que todos los animales pudieran cruzar sin peligro. Durante días y noches trabajaron arduamente, moviendo rocas y creando pilares sólidos con sus poderosos cuerpos. Finalmente, lograron terminar el puente antes del Juicio Final.

Cuando llegó el momento decisivo, Dios observó con asombro lo que habían hecho el Leviatán y el Behemoth. Quedó impresionado por su cooperación y generosidad hacia los demás animales. Dios sonrió y les dijo:"-Habéis demostrado la verdadera grandeza al trabajar juntos para proteger a quienes os rodean.

Habéis creado un lugar seguro para todos en este nuevo mundo. "El Leviatán y el Behemoth se sintieron muy felices al escuchar esas palabras.

Sabían que habían tomado la decisión correcta al elegir la paz en lugar de la violencia. Desde ese día en adelante, el Leviatán y el Behemoth se convirtieron en guardianes del océano, cuidando de todas las criaturas marinas y recordándoles la importancia de trabajar juntos para alcanzar grandes metas.

Y así, vivieron felices haciendo del mundo un lugar mejor gracias a su amistad inquebrantable y su sabiduría compartida. Fin

FIN.

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