El puente del amor


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Pueblito Alegre, un niño llamado Ángel que estaba enamorado de una niña llamada Leojana. Desde que se conocieron en la escuela, no podían dejar de pensar el uno en el otro.

Pero había un problema que los ponía tristes: la distancia que separaba sus casas. Ángel vivía al este del pueblo, mientras que Leojana vivía al oeste, justo al otro lado del río Mágico.

Cada tarde, Ángel y Leojana se sentaban a la orilla del río y se contaban historias, compartían risas y soñaban con estar juntos siempre. Pero cuando el sol comenzaba a esconderse en el horizonte, tenían que despedirse y regresar a sus hogares.

Un día, Ángel decidió hablar con su abuelo Sabio Tito sobre su amor por Leojana y la tristeza que sentían por no poder estar juntos.

El abuelo Tito escuchó atentamente a su nieto y le dijo con voz sabia: "Querido Ángel, el amor verdadero siempre encuentra una manera de vencer cualquier obstáculo. Solo debes ser valiente y tener fe en ti mismo". Con estas palabras resonando en su corazón, Ángel decidió buscar una solución para estar más cerca de Leojana.

Recordó que su abuelo le había hablado de un puente mágico escondido en lo profundo del bosque encantado. Se dice que aquellos con un corazón puro podrían cruzarlo y ver cumplidos sus deseos más profundos.

Ángel partió hacia el bosque encantado con determinación en sus ojos y esperanza en su corazón. Después de atravesar laberintos de árboles centenarios y sortear pruebas mágicas, finalmente encontró el puente dorado resplandeciente ante él.

Al pisar el primer escalón del puente mágico, una luz brillante lo envolvió y lo transportó al otro lado del río Mágico, donde se encontraba Leojana esperándolo con una sonrisa radiante. "¡Ángel! ¡Es realmente tú!" exclamó emocionada Leojana. "Sí, Leojana.

He cruzado el puente mágico para estar junto a ti", respondió Ángel con alegría. Desde ese día, Ángel y Leojana pudieron compartir cada momento juntos sin preocuparse por la distancia.

Exploraron juntos el bosque encantado, ayudaron a los animales del lugar e incluso construyeron un columpio para mirar las estrellas cada noche. El amor entre Ángel y Leojana creció aún más fuerte gracias a su valentía para enfrentar los desafíos y creer en la magia que los rodeaba.

Y así fue como dos corazones jóvenes demostraron que cuando hay amor verdadero y determinación, ningún obstáculo es demasiado grande para superarlo. Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¿o tal vez esté recién comenzando?

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