El puente del suspiro



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza una niña llamada Juana. Un día, Juana tuvo un terrible accidente en la carretera y perdió la memoria.

La gente del pueblo no sabía cómo decirle lo que había pasado, hasta que una amable señora se acercó a ella y le dijo: "Juana, has perdido la memoria debido a un accidente."

Juana se sorprendió al principio, pero la señora continuó: "Hay un lugar especial al que podríamos ir para ayudarte a recordar." Con esperanza en sus ojos, Juana decidió seguir a la señora al puente del suspiro, un lugar mágico al que la gente acudía en busca de respuestas y consuelo.

Al llegar al puente, Juana observó el hermoso paisaje que lo rodeaba y escuchó el susurro del viento entre los árboles. La señora le explicó que el puente del suspiro tenía el poder de ayudar a las personas a recordar lo que habían olvidado.

Juntos, caminaron por el puente mientras la señora le contaba historias de su infancia, de sus gustos y de sus sueños. Poco a poco, Juana empezó a tener destellos de recuerdos que creía haber perdido para siempre.

A medida que avanzaban, Juana recordaba situaciones, lugares y personas importantes en su vida, y su corazón se llenaba de emoción. Finalmente, al llegar al final del puente, Juana se dio cuenta de que, aunque había perdido la memoria, tenía la fuerza para recuperarla poco a poco.

La señora le sonrió con cariño y le dijo: "Juana, has demostrado que la esperanza y la determinación pueden ayudarte a superar cualquier obstáculo."

Con las palabras de la señora en su mente, Juana decidió enfrentar su recuperación con valentía y optimismo, sabiendo que el puente del suspiro siempre estaría allí para guiarla en su camino hacia la memoria y la plenitud.

FIN.

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