El puente entre dos mundos



En las aguas cristalinas del océano vivía una hermosa tortuga marina llamada Marina. Era una tortuga curiosa y amante de la vida en el mar.

Un día, mientras nadaba cerca de la costa, vio a lo lejos a un majestuoso águila llamada Ariel que volaba con gracia en busca de su próxima presa. Marina quedó impresionada por la elegancia y libertad con la que volaba el águila.

Por otro lado, Ariel se sintió cautivado por la tranquilidad y belleza de Marina mientras nadaba entre corales y peces de colores. Poco a poco, Marina y Ariel comenzaron a encontrarse casualmente en sus respectivos hábitats.

Se miraban desde lejos, intercambiaban sonrisas tímidas y compartían breves momentos juntos cada vez que sus caminos se cruzaban. Pronto, ambos se dieron cuenta de que estaban enamorados el uno del otro.

Sin embargo, sabían que su amor era imposible debido a la gran diferencia entre sus mundos: ella vivía en el mar y él en el cielo. A pesar de esto, decidieron no rendirse y buscar una solución para estar juntos. Un día, Marina tuvo una idea brillante.

"Ariel, ¿qué te parece si construimos un puente entre el cielo y el mar para poder estar juntos?"- propuso emocionada. Ariel quedó sorprendido por la creatividad de Marina y aceptó encantado la propuesta. Juntos trabajaron arduamente para construir un puente que conectara el cielo con el mar.

Marina arrastraba troncos flotantes con sus fuertes aletas mientras Ariel recogía ramas secas con su pico afilado. Poco a poco, su puente fue tomando forma bajo la luz del sol y las estrellas.

Finalmente, después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron completar el puente que unía sus dos mundos. Marina subió lentamente por primera vez hacia el cielo sostenida por las garras fuertes de Ariel, quien descendió delicadamente para encontrarse con ella en medio del camino.

El encuentro entre la tortuga marina y el águila fue mágico: se abrazaron con ternura sabiendo que habían superado todas las barreras para estar juntos.

Desde ese día, Marina podía visitar los cielos junto a Ariel mientras él descendía al mar para explorar los secretos del océano junto a su amada. Así demostraron que cuando dos seres se aman verdaderamente, no hay distancia ni obstáculo que pueda separarlos.

Su historia inspiró a todos los habitantes del océano y del cielo a creer en el poder del amor sincero y la determinación para superar cualquier adversidad.

FIN.

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