El puente hacia el Arcoíris


Érase una vez en el Puente Internacional entre Posadas y Encarnación, dos hermanos llamados Martina y Facundo que vivían en lados opuestos del río Paraná.

A pesar de estar separados por el agua, se veían todos los días desde lejos y soñaban con poder cruzar al otro lado para jugar juntos. Un día, mientras paseaban por el puente, vieron a un pájaro majestuoso volando sobre sus cabezas. Quedaron maravillados por su belleza y decidieron seguirlo.

El pájaro los guió hasta el centro del puente, donde encontraron una llave brillante. -Mira Martina, ¡una llave mágica! -exclamó Facundo emocionado. -¿Crees que pueda abrir alguna puerta especial? -preguntó Martina con curiosidad.

Decidieron probar la llave en la baranda del puente y, para su sorpresa, esta se transformó en una pequeña puerta dorada. Sin dudarlo un segundo, abrieron la puerta y entraron a través de ella. Del otro lado descubrieron un mundo increíble lleno de colores brillantes y criaturas fantásticas.

Había hadas danzando entre las flores, unicornios trotando por praderas verdes y duendes jugando alegremente. Martina y Facundo se miraron asombrados por lo que veían. -¡Es como un cuento de hadas! -exclamó Martina emocionada.

De repente, se acercó hacia ellos un conejo blanco con un reloj de bolsillo en la mano.

-¡Bienvenidos al Mundo de la Fantasía! Soy el Conejo Blanco y ustedes han sido elegidos para ayudarnos a resolver un problema muy importante -dijo el Conejo con voz apurada. Martina y Facundo aceptaron sin dudarlo e inmediatamente fueron llevados ante la Reina de Corazones, quien les explicó que el Mundo de la Fantasía estaba perdiendo sus colores debido a que alguien había robado el Arcoíris Mágico.

-Ustedes deberán encontrar al ladrón del Arcoíris Mágico antes de que sea demasiado tarde -ordenó la Reina con firmeza. Martina y Facundo emprendieron entonces su búsqueda junto al Conejo Blanco.

Recorrieron bosques encantados, escalaban montañas nevadas e incluso surcaron mares turbulentos en busca del ladrón. Finalmente llegaron a una cueva oscura donde encontraron al culpable: era un duende malhumorado que había robado el Arcoíris Mágico por envidia hacia su brillo.

Con valentía e ingenio lograron convencer al duende de devolverles el Arcoíris Mágico prometiéndole amistad y alegría si lo hacía. El duende accedió finalmente arrepentido y devolvió el objeto mágico a su lugar original.

Al hacerlo, todo el Mundo de la Fantasía se iluminó nuevamente con colores vibrantes y resplandecientes. Las criaturas fantásticas celebraron junto a Martina y Facundo quienes habían demostrado ser dignos héroes capaces de superar cualquier desafío juntos.

Agradecidos por su valentía y bondad, la Reina les entregó una botella con polvo dorado que les permitiría regresar siempre que quisieran al Mundo de la Fantasía. Martina and Facundo regresaran felices cruzando nuevamente sobre le Puente Internacional entre Posadas and Encarnación sabiendo ahora qué aventuras extraordinarias pueden esperarlos cuando trabajan juntos como equipo.

Y así termina nuestra historia inspiradora sobre dos hermanos valientes dispuestos a enfrentarse a cualquier desafío para proteger aquello en lo cual creen. El fin

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