El puente mágico



Había una vez, en un hermoso bosque encantado, cinco ratones llamados Pancho, Lola, Tito, Lucas y Martina. Eran grandes amigos y siempre disfrutaban de pasear juntos por el bosque.

Un soleado día de primavera, los cinco ratones decidieron explorar una parte del bosque que aún no conocían. Caminaron por senderos estrechos entre árboles altos y flores coloridas. Se reían y jugaban mientras descubrían nuevos lugares.

De repente, al cruzar un puente viejo sobre un río cristalino, Tito resbaló y cayó al agua con un gran chapuzón. Los demás ratones se asustaron mucho y rápidamente corrieron hacia el borde del río para ver si su amigo estaba bien. "¡Tito! ¿Estás bien?", preguntó Pancho preocupado. "Sí...

estoy bien. Solo me asusté un poco", respondió Tito temblando de frío. Los otros ratones pensaron en cómo ayudar a Tito a salir del agua antes de que se enfermara.

Martina tuvo una idea brillante: recordó haber visto unas ramas largas más adelante en el camino. "Chicos, creo que puedo encontrar unas ramas largas para ayudarlo a salir", dijo Martina emocionada. Martina fue corriendo hasta encontrar las ramas y regresó rápidamente junto al río.

Con mucho cuidado, los ratones extendieron las ramas hacia Tito para que pudiera agarrarse y subir nuevamente al puente. Una vez fuera del agua, Tito empezó a tiritar de frío.

Lola recordó que cerca de allí había una cueva donde podrían calentarse y secarse. "¡Vamos a la cueva! Allí podemos calentarnos y secarnos", sugirió Lola. Los ratones siguieron a Lola hasta una acogedora cueva. Encendieron un fuego con hojas secas y se acurrucaron alrededor para entrar en calor.

Mientras tanto, Tito se sentía muy agradecido por tener amigos tan valientes y solidarios. Después de un rato, los cinco ratones estaban secos y calentitos gracias al fuego de la cueva.

Decidieron que era hora de regresar a casa, pero antes quisieron hacer algo especial para celebrar su amistad y superar el susto del río. "¿Qué tal si construimos un puente nuevo sobre el río para que nadie más caiga como yo?", propuso Tito emocionado.

Todos estuvieron de acuerdo con la idea y juntos buscaron ramas fuertes y piedras grandes para construir el puente. Trabajaron duro durante días, colocando cada pieza con cuidado hasta que finalmente terminaron su obra maestra: un hermoso puente resistente.

El bosque entero se llenó de alegría cuando los demás animales vieron el nuevo puente. Los ratones recibieron felicitaciones por su trabajo en equipo y determinación. Ahora todos podían cruzar el río sin peligro alguno.

A partir de ese día, Pancho, Lola, Tito, Lucas y Martina aprendieron lo importante que es estar ahí uno para el otro en momentos difíciles. Valoraron aún más su amistad y siempre recordaron aquel día en el que construyeron un puente no solo físico, sino también emocional.

Y así, los cinco ratones continuaron explorando y disfrutando del bosque juntos, sabiendo que su amistad era más fuerte que cualquier obstáculo que pudieran enfrentar.

FIN.

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