El puente mágico de los robots voladores


Había una vez en un futurista mundo, donde los puentes levitaban sobre las ciudades y los robots coloridos ayudaban a que todo funcionara. En medio de esta increíble urbe, se encontraba el puente mágico, un espectáculo de luces y energía.

Los niños de la ciudad siempre soñaban con cruzar el puente mágico, pero solo aquellos que demostraban valentía y bondad podían hacerlo. "¿Has oído hablar del puente mágico?", preguntó Lucas a su amiga Sofía.

"Sí, dicen que solo los corazones nobles pueden cruzarlo", respondió Sofía. Los dos amigos decidieron emprender juntos el desafío. En su camino se encontraron con robots coloridos que les advertían sobre los desafíos que enfrentarían.

Tras atravesar el tumultuoso río de ideas negativas y el laberinto de la duda, finalmente llegaron al puente mágico. Al acercarse, los robots voladores les preguntaron: "¿Están preparados para cruzar el puente mágico?". Lucas y Sofía asintieron con determinación.

Entonces, los robots desplegaron sus alas y con su ayuda, los niños comenzaron a cruzar el puente levitante. De repente, una ráfaga de viento puso a prueba su coraje, desafiándolos a mantenerse firmes. Confiando en sí mismos, lograron superar el desafío. Al llegar al final, una luz brillante los recibió.

Eran los guardianes del puente mágico, quienes les dijeron: "Habéis demostrado valentía y nobleza. Como recompensa, se os concederá un deseo". Lucas y Sofía pidieron que todos los niños del mundo pudieran sentir el amor y la esperanza que ellos habían experimentado.

Al instante, el puente mágico emitió una luz resplandeciente que se esparció por todos los rincones del planeta, trayendo consigo un sentimiento de unidad y bondad.

Los robots voladores celebraron con algarabía, sabiendo que el mundo sería un lugar mejor a partir de ese momento.

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