El puente mágico de Lucas


Había una vez, en un hermoso bosque llamado Arcoíris, un nene llamado Lucas que amaba jugar con su osito de peluche.

Un día, mientras jugaban cerca del río, el osito cayó al agua y fue arrastrado por la corriente hacia el otro lado. Lucas estaba desesperado y no sabía cómo recuperar a su querido amigo animal. Fue entonces cuando aparecieron Clara Boyita y Bob Guindou, dos constructores muy habilidosos que estaban buscando trabajo en la zona.

- ¿Qué te pasa, pequeño? - preguntó Clara al ver las lágrimas de Lucas. - Mi osito cayó al agua y lo perdí - respondió él con tristeza. - No te preocupes, nosotros podemos ayudarte - dijo Bob sonriendo.

El problema era que el río era muy ancho y caudaloso, lo que hacía difícil cruzarlo para recuperar al osito. Pero Clara y Bob eran expertos en construir puentes mágicos que podían conectar los lugares más lejanos e imposibles.

Así comenzaron a trabajar juntos para crear un puente seguro y resistente que pudiera soportar el peso del niño y su osito.

Usaron materiales especiales como hojas de árbol gigantes y ramas fuertes para construirlo rápidamente mientras Lucas los observaba ansioso desde la orilla opuesta del río. Finalmente, después de muchas horas de esfuerzo, el puente mágico quedó listo para ser usado. Clara invitó a Lucas a cruzarlo primero mientras ella sostenía firmemente su mano pequeña.

Y así lo hicieron hasta llegar al otro lado, donde el osito estaba esperando ansioso. Lucas tomó a su amigo animal y lo abrazó fuertemente mientras sus lágrimas se convertían en sonrisas.

Clara y Bob también cruzaron el puente para celebrar con ellos el éxito de su proyecto. - Gracias, gracias, gracias - repetía Lucas emocionado - ustedes son los mejores constructores del mundo.

Clara y Bob sonrieron felices al ver la alegría del niño y le explicaron que no era solo por ser buenos en su trabajo, sino porque trabajaban en equipo para ayudar a las personas que necesitaban de su ayuda.

Desde ese día, Lucas aprendió la importancia de pedir ayuda cuando la necesitaba y de trabajar en equipo para lograr grandes cosas. Y Clara Boyita y Bob Guindou siguieron construyendo puentes mágicos por todo Arcoíris para unir corazones y sueños.

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