El Rally de los Colores



En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, los carros no solo se movían, sino que también brillaban con colores vibrantes. Todos los días, los niños del pueblo se reunían en la plaza para jugar a un divertido juego llamado "El Rally de los Colores".

Un día, Máximo, un caracol muy curioso, decidió unirse. "¿Cómo funciona este juego?"- preguntó, acercándose a Susana, una niña con una gorra roja.

"Es sencillo, Máximo. Tenemos que formar secuencias con los colores de los carros. Por ejemplo, rojo, azul, rojo, azul..."- explicó Susana mientras señalaba un carro rojo que pasó por el camino.

Todos los niños estaban emocionados, pero un carro especial, el carro arcoíris, llegó justo a tiempo. Era grande y tenía todos los colores del espectro. "¡Yo puedo ayudarles!"- dijo el carro arcoíris con una voz alegre.

Los niños saltaron de alegría. "¡Sí! Vamos a jugar juntos!"- gritaron.

"¡Formemos patrones!"- sugirió el carro arcoíris. "¿Qué les parece si hacemos un patrón de tres colores?"-

Así que todos comenzaron a organizar los carros en diferentes secuencias. Utilizaron los coches: rojo, verde y amarillo.

"¡Mirá! Rojo, verde, amarillo, rojo, verde, amarillo... ¡Están todos en fila!"- dijo Lucas, emocionado.

Pero de repente, un viento fuerte sopló y descolocó a los carros. Todos los colores se mezclaron y el juego parecía arruinarse.

"¡Oh no! Ahora no sé qué secuencia formamos!"- exclamó Ana, un poco preocupada.

"No te preocupes, la clave está en seguir usando nuestra imaginación"-, dijo el carro arcoíris. "Podemos inventar una nueva secuencia"-.

Los niños se miraron y sonrieron. "¡Claro! Comencemos de nuevo, pero esta vez, ¡hagámoslo más divertido!"-

Así, jugando con los colores una vez más, Máximo y sus amigos aprendieron que a veces los imprevistos pueden llevar a situaciones sorprendentes. Y sobre todo, que los colores son como la amistad: ¡cada uno tiene su propio lugar en el arcoíris!

FIN.

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