El rap de la bondad



Había una vez un niño llamado Mateo que amaba la música rap. Cada día, escuchaba sus canciones favoritas y soñaba con ser un gran rapero algún día.

Un día, mientras navegaba por internet, encontró una imagen sorprendente: el Papa Francisco con una chaqueta de rap. - ¡Mamá! ¡Mira esto! -gritó Mateo emocionado-. ¡El Papa Francisco es un alarako! - ¿Qué? Déjame ver eso -respondió su madre, curiosa.

Al ver la imagen del Papa Francisco vestido como un rapero, su madre se quedó sin palabras. Pero en lugar de reírse o burlarse, ella decidió aprovechar la oportunidad para enseñarle a su hijo algo importante.

- Mateo, ¿sabes quién es el Papa Francisco? - Sí, es el jefe de la iglesia católica -contestó Mateo. - Así es. Pero también es alguien que ha dedicado su vida a ayudar a los demás y hacer del mundo un lugar mejor.

No importa cómo se vista o qué música le guste escuchar; lo importante son sus acciones y su corazón bondadoso. Mateo reflexionó sobre las palabras de su madre y comenzó a pensar más allá de las apariencias superficiales.

Decidió escribir una canción inspirada en el mensaje del Papa Francisco y compartirlo con sus amigos en la escuela. Pronto descubrió que muchos otros niños compartían sus intereses musicales pero también valoraban la bondad y el respeto hacia los demás.

Un día, mientras cantaba en el parque local junto a algunos amigos nuevos que había hecho gracias a su amor por el rap, Mateo vio a un niño más pequeño que estaba siendo intimidado por algunos matones.

Sin pensarlo dos veces, se acercó al niño y lo defendió con valentía. - ¡Eso es increíble, Mateo! -exclamó su madre cuando él le contó lo sucedido-. Eres un verdadero rapero con un corazón de oro.

Desde ese día en adelante, Mateo se convirtió en una fuente de inspiración para muchos otros niños como él. Descubrió que la música no solo podía ser divertida y emocionante, sino también una forma poderosa de transmitir mensajes positivos y generar cambio en el mundo.

Y aunque nunca volvió a ver al Papa Francisco vestido como un rapero, siempre recordaría la lección importante que había aprendido gracias a esa imagen inesperada.

FIN.

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