El rapero de ojos verdes



En una ciudad no muy lejana, vivía un chico llamado Tomás. Tenía la piel clara, ojos verdes y cabello café claro y largo. A sus 15 años, Tomás fumaba y pasaba la mayor parte del tiempo con amigos más grandes que él. Un día, mientras paseaba por el parque, escuchó a un grupo de chicos mayores rapeando. Quedó impresionado por la habilidad y la pasión que transmitían con sus rimas y ritmo. Desde ese momento, algo cambió en Tomás. Se sentía atraído por la música y la cultura del hip-hop.

-Increíble, ¿verdad? -le dijo Tomás a su amigo Martín, mientras intentaba imitar las rimas que había escuchado.-

Los días pasaron y Tomás empezó a escribir sus propias letras. Descubrió que el rap era su forma de expresar sus sentimientos y contar su historia. Sin embargo, se encontró con la desaprobación de sus amigos por su nueva pasión. Decían que el rap no era para chicos como él, que debía seguir haciendo lo que siempre habían hecho juntos. Tomás se sintió desalentado, pero algo en su interior le decía que no debía rendirse.

Decidió buscar en internet todo lo que pudiera aprender sobre rapeo y comenzó a practicar cada día. Aunque al principio no le salían las rimas, con esfuerzo y dedicación logró mejorar su habilidad. Una tarde, decidió enfrentar a sus amigos y les mostró una de sus canciones. Al principio se rieron, pero al escuchar la letra, se dieron cuenta de la pasión con la que Tomás cantaba.

-Oye, esto no está tan mal -dijo Martín, sorprendido.-

Pronto, otros jóvenes comenzaron a escuchar las canciones de Tomás y se sintieron identificados con su historia. Descubrieron que el rap no tiene fronteras y que todos tienen derecho a expresarse a través de la música. Tomás se convirtió en un modelo a seguir para muchos chicos de su edad.

Al final, Tomás comprendió que la música era su verdadera pasión y que no necesitaba fumar ni seguir a amigos mayores para sentirse aceptado. Encontró su propia voz a través del rap y comenzó a influir positivamente en los demás, demostrando que siempre hay una forma positiva de canalizar las energías y seguir los sueños.

FIN.

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