El ratón con superpoderes



Había una vez en el bosque un pequeño ratón llamado Miguel. A pesar de su diminuto tamaño, Miguel tenía un talento especial: ¡tenía superpoderes! Podía correr a la velocidad del rayo, saltar muy alto y comunicarse con otros animales.

Un día, mientras Miguel estaba disfrutando de sus habilidades superiores, un grupo de animales del bosque lo acusó de ser un alborotador y lo llevaron ante el tribunal del bosque para juzgarlo.

El juez, un sabio búho, escuchó atentamente los argumentos de ambos lados. -Miguel, ¿tienes algo que decir en tu defensa? -preguntó el juez. -Sí, su señoría. Reconozco que mis habilidades son especiales, pero las uso para ayudar a los demás y proteger el bosque.

No he hecho nada malo -respondió Miguel. Sin embargo, los demás animales del bosque estaban convencidos de que un ratón tan pequeño no podía tener superpoderes y lo acusaron de mentir. El juez, intrigado por la situación, decidió hacer una prueba.

Convocó a un grupo de depredadores del bosque para que pusieran a prueba las habilidades de Miguel. El águila desafió a Miguel a una carrera, el conejo desafió a Miguel a un salto, y el zorro desafió a Miguel a una prueba de astucia.

Con cada desafío, Miguel demostró sus increíbles habilidades. Al presenciar esto, el juez y los demás animales del bosque se dieron cuenta de que Miguel realmente tenía superpoderes.

El juez pronunció su veredicto: Miguel era inocente y era bienvenido en el bosque como un héroe. A partir de ese día, Miguel usó sus superpoderes para proteger a sus amigos animales y enseñarles a creer en sí mismos, sin importar su tamaño.

¡Y vivieron felices para siempre en el bosque!

FIN.

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