El Ratón Pérez en la Era Digital
Había una vez, en una ciudad llena de luces y pantallas, un pequeño ratón llamado Pérez. Este ratón no era como los demás; tenía una pasión singular: recolectar dientes de leche. Pero no lo hacía de la manera tradicional. En la era digital, Pérez se había adaptado a los tiempos modernos y, en vez de realizar su trabajo de noche, ahora usaba un dispositivo muy especial: un dron que volaba silenciosamente por los cielos.
Una noche, mientras volaba sobre una casa en el barrio de Palermo, Pérez recibió un mensaje urgente en su tablet.
"¡Pérez! ¡Pérez!" - decía el mensaje. Era de su amiga la ardilla, Sofía. "Tengo un problema, ven rápido!"
Pérez dejó de lado sus tareas y se dirigió hacia el árbol donde vivía Sofía. Al llegar, la ardilla lo recibió con ojos preocupados.
"¿Qué pasó, Sofía?" - le preguntó Pérez, inquieto.
"Mi pequeño hermano se le cayó un diente y está muy asustado. No sabe si vendrás a recogerlo porque, dice, no hay ratones en el mundo digital".
Pérez se rió. "¿Cómo va a pensar eso? ¡Soy el Ratón Pérez! Aunque ahora uso tecnología, estoy más presente que nunca".
Sofía lo miró perpleja. "¿Qué harás?"
"Voy a demostrarle a tu hermano que sigo aquí, solo que un poco más actualizado".
Entonces, Pérez sacó su dron y explicó. "Mirá, este es Roque, mi compañero volador. Nos ayudará a recoger los dientes y dejar los regalos en un abrir y cerrar de ojos".
Sofía sonrió. "¡Qué genial! ¿Podemos hacerle un video a mi hermano para que lo vea?"
"Por supuesto, ¡eso lo hará sentir mejor!" respondió Pérez.
Entonces, grabaron un pequeño video en el que Pérez explicaba cómo funcionaba su nueva forma de trabajar. Habló sobre cómo la tecnología lo ayudaba a ser más rápido, y que, a pesar de los cambios, su esencia seguía siendo la misma: hacer felices a los niños.
Con el video listo, Sofía se lo mostró a su hermano.
"¡Mirá! Este es el Ratón Pérez y lo que hace ahora".
El pequeño ardillo vio al ratón con su dron y su cara se iluminó de alegría. "¿Es de verdad?"
"Sí, y vendrá a buscar tu diente esta noche" - le aseguró Sofía. "No te preocupes, él está aquí para ti".
Esa noche, el pequeño ardillo dejó su diente debajo de la almohada y se quedó esperando emocionado. Mientras tanto, Pérez, quien había estado monitoreando la situación, decidió hacer algo especial.
"Voy a programar a Roque para que no solo recoja el diente, sino que también le deje un mensaje de ánimo" - dijo Pérez, mientras ajustaba el dron.
Cuando llegó la medianoche, el dron despegó en silencio, y en un abrir y cerrar de ojos, llegó a la casa de los ardillos. Con un suave zumbido, Roque depositó el mensaje: "¡Hola! Soy yo, Pérez! Aunque soy un ratón del siglo XXI, siempre estaré aquí para ti y todos los niños".
El pequeño ardillo se despertó al escuchar el zumbido y encontró su diente y un dulce sobre su mesita de luz. Inmediatamente, miró el mensaje y sonrió.
"¡Esto es real!" - gritó emocionado.
Cuando Pérez regresó a su hogar, encontró varios mensajes de padres agradecidos. "Increíble cómo te adaptaste a los tiempos, Pérez" - dijeron.
Y desde entonces, se corrió la voz. Los niños ya no temían a la caída de sus dientes, sabían que el Ratón Pérez había vuelto, y lo hacía, quizás, con un poco más de tecnología, pero con el mismo amor y dedicación que siempre los había acompañado.
Y así, en la era digital, Pérez y su amigo Roque continuaron su misión, recordando a todos que, sin importar los avances tecnológicos, la alegría de ser niño nunca cambia. Todos los días había una nueva aventura esperando por ellos, y lo mejor de todo: el valor de la amistad y la risa siempre estaría presente.
Fin.
FIN.