El ratón travieso y la lección de la trampa



Había una vez en un rincón tranquilo del campo, un ratoncito llamado René. René era un ratón muy travieso que siempre se metía en problemas.

Un día, conoció a unos amigos ratoncitos, que lo convencieron de que robar comida de la despensa de la granja era muy emocionante. René, influenciado por sus amigos, comenzó a robar queso, maíz y otros deliciosos manjares. Pero, en el fondo, sabía que estaba mal.

Un día, mientras intentaba robar un trozo de queso, cayó en una trampa. -¡Auxilio! ¡Ayuda! -gritó René desesperado. Por suerte, el granjero lo liberó y lo dejó ir con una advertencia. René, asustado y adolorido, reflexionó sobre sus acciones. Decidió cambiar su comportamiento y dejar de robar.

Volvió a su madriguera y se disculpó con su familia por su comportamiento descarriado. Les contó todo lo sucedido y les prometió que ya no volvería a robar.

Con el tiempo, René se convirtió en un ejemplo para otros ratoncitos, enseñándoles que es mejor buscar comida de forma honesta. Desde ese día, René encontró otras formas de conseguir comida, como pedir ayuda a los humanos o buscar en lugares donde no causara molestias.

Su cambio inspiró a sus amigos y juntos aprendieron que la honestidad y el esfuerzo valen mucho más que el botín robado. Y así, René vivió feliz el resto de sus días, siendo respetado y querido por todos en el campo.

FIN.

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