El Ratón y el Queso de Oro
Había una vez en un pequeño pueblo, un ratón llamado Lucas. Lucas era un ratón curioso y aventurero que siempre estaba en la búsqueda de algo nuevo.
Un día, mientras exploraba un oscuro rincón de la casa de la familia Rodríguez, Lucas encontró algo que le dejó boquiabierto: ¡un fabuloso queso de oro! El queso brillaba como el sol y desprendía un delicioso aroma. Lucas, emocionado, decidió que ese queso de oro cambiaría su vida para siempre.
Sin embargo, antes de tomar el queso, Lucas recordó las palabras de su mamá: 'Las cosas valiosas requieren esfuerzo y sacrificio'. Con determinación, Lucas decidió contarle sobre su descubrimiento a sus amigos: el ratón sabio Sebastián y la ratona valiente Martina.
-¡Amigos! ¡Encontré un queso de oro increíble! -exclamó Lucas emocionado. -¡Eso suena fabuloso! Pero, Lucas, ¿has pensado en las posibles consecuencias de tomar ese queso sin permiso? -advirtió Sebastián. Lucas, aunque deslumbrado por su hallazgo, reflexionó sobre las palabras de su amigo.
Juntos idearon un plan para pedirle permiso a la familia Rodríguez para tomar el queso de oro. Los ratones se presentaron ante la familia, explicaron la situación y pidieron permiso para llevarse el queso.
La familia, sorprendida por la educada solicitud, accedió con gusto y les obsequió el queso como muestra de agradecimiento por su honestidad.
Lucas, Martina y Sebastián compartieron el queso de oro con todos los habitantes del pueblo, y juntos aprendieron que la honestidad, el esfuerzo y el trabajo en equipo son más valiosos que cualquier tesoro. Desde aquel día, el pueblo de los ratones se convirtió en un lugar donde la amistad y la solidaridad brillaban más que cualquier tesoro material.
FIN.