El rayito y la nube gris



Había una vez un pequeño rayo llamado Rayito que vivía en el cielo. A pesar de ser muy brillante y poderoso, Rayito se sentía muy solo.

No tenía amigos con quienes jugar ni nadie con quien compartir sus alegrías y tristezas. Un día, mientras recorría el cielo en busca de aventuras, Rayito vio a lo lejos un grupo de nubes jugando juntas.

Se acercó emocionado y les dijo: "¡Hola! ¿Puedo unirme a ustedes?"Las nubes se miraron entre sí y luego la más grande respondió: "Lo siento, Rayito, pero no podemos ser tus amigos. Eres demasiado diferente a nosotros. "Rayito se sintió triste al escuchar esas palabras, pero decidió no rendirse tan fácilmente.

Siguió su camino por el cielo hasta que encontró a un arcoíris radiante. "¡Wow! ¡Eres tan hermoso!", exclamó Rayito emocionado. "¿Serías mi amigo?"El arcoíris sonrió y le respondió: "Me encantaría ser tu amigo, Rayito.

Pero desafortunadamente no puedo quedarme mucho tiempo en un solo lugar. "Rayito comprendió que el arcoíris tenía razón. Su amistad era fugaz e intensa como los colores del arco iris.

Desanimado pero decidido a encontrar amigos, Rayito continuó su búsqueda por el cielo hasta que vio a una estrella solitaria brillando en la noche. "¡Hola! ¿Quisieras ser mi amigo?", preguntó Rayito esperanzado. La estrella parpadeó y contestó: "Lo siento, Rayito, pero estoy muy lejos y no puedo bajar del cielo.

Pero siempre estaré aquí brillando para ti. "Rayito entendió que la estrella siempre estaría presente en el cielo, pero no podría ser su amigo de verdad. Triste y desanimado, Rayito decidió regresar a su hogar en el cielo.

En el camino se encontró con una pequeña nube gris llorando. "¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?", preguntó Rayito preocupado. La nube levantó la cabeza y respondió entre sollozos: "Soy una nube triste porque nadie quiere ser mi amigo.

Dicen que soy aburrida y gris". Rayito se acercó a la nube y le dijo: "No te preocupes, yo también he estado buscando amigos pero hasta ahora no he tenido suerte.

"La nube miró a Rayito con curiosidad y preguntó: "¿Tú quieres ser mi amigo?"Rayito sonrió emocionado y contestó: "¡Claro que sí! Seremos amigos para siempre. "Desde ese día, Rayito y la nube se convirtieron en los mejores amigos.

Juntos jugaban en el cielo, creando formas divertidas con las nubes e iluminando el mundo con sus risas. A veces las cosas más valiosas están justo frente a nosotros esperando a ser descubiertas.

Y aunque parezca difícil encontrar amigos verdaderos, nunca debemos rendirnos porque al final del arcoíris siempre hay un rayo de amistad esperándonos.

FIN.

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