El recreo mágico



Había una vez, en el Colegio Claret, cinco elfos muy curiosos llamados Doramas, Abenchara, Bentenjui, Gara y Cathaisa. Estos elfos siempre estaban buscando nuevas aventuras y formas de ayudar a los demás.

Un día, decidieron visitar el recreo del colegio para asegurarse de que todos los niños jugaban felices y comían sano. Cuando llegaron al recreo, quedaron maravillados por la cantidad de juegos divertidos que había: toboganes gigantes, columpios coloridos y hasta un laberinto mágico.

Los niños reían y se divertían sin parar. - ¡Mira qué bien lo están pasando! -exclamó emocionado Doramas. Pero mientras observaban a los niños jugar, notaron algo extraño. Muchos de ellos tenían loncheras llenas de golosinas y comida chatarra.

- No es bueno comer tantas cosas dulces -dijo preocupada Cathaisa-. Necesitan alimentos saludables para crecer fuertes y sanos. Decidieron entonces poner manos a la obra para cambiar las loncheras poco saludables por opciones más nutritivas.

Usando su magia elfica transformaron todas las golosinas en frutas frescas y verduras crujientes. Al principio, algunos niños miraron con desconfianza sus nuevas loncheras llenas de alimentos desconocidos.

Pero cuando probaron las deliciosas frutas y verduras que les ofrecieron los elfos, se dieron cuenta de lo ricas que eran. - ¡Está buenísimo! -gritó entusiasmado uno de los niños-.

¿Dónde puedo conseguir más? Los elfos sonrieron satisfechos y comenzaron a enseñarles a los niños cómo cultivar sus propias frutas y verduras en el huerto escolar. Les explicaron la importancia de una alimentación balanceada y cómo eso les ayudaría a tener más energía para jugar. Poco a poco, los niños empezaron a llevar loncheras llenas de alimentos saludables al recreo.

Las risas y la alegría llenaban nuevamente el patio del colegio. Un día, mientras los elfos daban un paseo por el parque cercano al colegio, se encontraron con un niño llamado Juanito que estaba triste porque no tenía amigos con quien jugar.

- ¿Qué te pasa, Juanito? -preguntó Abenchara preocupado. Juanito les contó que era nuevo en el colegio y aún no había hecho amigos. Los elfos se miraron entre sí y supieron que tenían que hacer algo para ayudarlo.

Decidieron organizar un juego de búsqueda del tesoro en el recreo del Colegio Claret. Invitaron a todos los niños a participar y formaron equipos mezclando alumnos de diferentes cursos.

Pronto, Juanito hizo nuevos amigos mientras buscaban pistas por todo el patio. La diversión fue tan grande que hasta los profesores se unieron al juego. Al finalizar, todos celebraron juntos con una merienda saludable preparada por los elfos: jugos naturales, sandwiches nutritivos y galletitas caseras sin azúcar.

Desde ese día, el recreo del Colegio Claret se convirtió en un lugar donde todos los niños jugaban felices y comían sano.

Los elfos Doramas, Abenchara, Bentenjui, Gara y Cathaisa se aseguraron de visitar el colegio regularmente para seguir ayudando a los niños a crecer sanos y felices. Y así, con su magia y buenas acciones, los elfos enseñaron a todos la importancia de comer sano, jugar juntos y hacer nuevos amigos. Fin.

FIN.

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