El reencuentro en el campo
Ana estaba emocionada porque su tío estaba construyendo su casa en el campo. Esto significaba que sus primos y primas que vivían lejos, en la ciudad, vendrían a vivir cerca. Estaba feliz de imaginar todas las aventuras que vivirían juntos. Mientras tanto, su papá ayudaba a su tío con la construcción, por lo que Ana pasaría mucho tiempo con sus primos.
- ¡Hola Ana! ¡Hace tanto que no te veía! - exclamó su prima Sofía al llegar.
- ¡Sí! ¡Extrañaba jugar contigo! - respondió Ana emocionada.
Los días pasaron y el campo se convirtió en un lugar lleno de risas y juegos. Ana y sus primos exploraban cada rincón, descubriendo secretos que el campo guardaba. Pero, a medida que el tiempo avanzaba, Ana notaba algo extraño. Sus primos no parecían tan alegres como ella, solían extrañar la ciudad y sentían nostalgia. Ana, quien amaba el campo, no entendía cómo podían extrañar algo diferente.
- ¿Por qué están tristes? - preguntó Ana a su mamá.
- Cada persona se adapta de manera diferente a los cambios, cariño. Algunas personas extrañan lo que conocen, pero eso no significa que no puedan ser felices de otra forma.
Entonces, Ana tuvo una idea. Decidió mostrarles a sus primos todas las cosas maravillosas que el campo ofrecía, como las noches estrelladas, los juegos al aire libre, y las historias alrededor de la fogata. Poco a poco, sus primos comenzaron a sonreír más, adaptándose a su nuevo hogar.
- Gracias Ana, tu amor por el campo nos ha hecho ver las cosas de una manera distinta. Estamos muy felices de estar aquí contigo - le dijo su prima Sofía con una sonrisa. Ana se sentía orgullosa de haber ayudado a sus primos a encontrar la felicidad en el campo.
Así, todos juntos, disfrutaron de su tiempo en el campo. Ana aprendió que, a pesar de las dificultades, siempre hay maneras de encontrar la felicidad. Y, con el amor y apoyo de su familia, cualquier cambio puede ser una nueva aventura emocionante.
FIN.