El reencuentro en la playa


Jaimito era un niño alegre y curioso al que le encantaba pasear por la playa. Todos los días, después de la escuela, corría hacia la orilla del mar para jugar con la arena y buscar tesoros escondidos.

Un día, mientras dibujaba un castillo de arena, Jaimito escuchó una voz conocida. Al darse la vuelta, vio a una anciana con una sonrisa cálida que lo miraba fijamente. - ¡Jaimito, qué alegría verte! - exclamó la vieja amiga.

- ¿Quién eres? - preguntó Jaimito confundido. La anciana le explicó que solían jugar juntos en la playa cuando él era más pequeño, pero que hacía muchos años que no se veían. Emocionado por el reencuentro, Jaimito decidió pasar tiempo con ella.

Juntos recorrieron la playa, compartieron historias y recolectaron caracoles. La anciana le enseñó a Jaimito sobre el amor por la naturaleza y la importancia de cuidar el mar y sus habitantes.

A medida que pasaban los días, la sabiduría y el cariño de la anciana inspiraron a Jaimito a ser más consciente del medio ambiente y a valorar las amistades perdurables. Finalmente, el día de la despedida llegó, pero Jaimito sabía que su vieja amiga siempre viviría en su corazón.

A partir de ese día, Jaimito comprendió que los encuentros inesperados pueden cambiar vidas y que la amistad y el respeto por el entorno son tesoros invaluables.

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