El reflejo amigo
Alejandro estaba fascinado con su nuevo espejo. Era antiguo y tenía un aspecto enigmático que lo hacía sentir como si tuviera una historia secreta detrás de él.
Lo colocó en su habitación, justo al lado de la ventana, para poder ver su reflejo mientras se vestía cada mañana. Una noche, mientras se contemplaba en el espejo antes de irse a dormir, notó algo extraño.
Su reflejo comenzó a distorsionarse lentamente hasta que parecía que estuviera hecho de agua ondulada. - ¿Qué está pasando? -preguntó Alejandro asustado. El reflejo no respondió, pero siguió cambiando lentamente hasta que finalmente adoptó una forma completamente diferente.
En lugar del rostro familiar de Alejandro, ahora había un extraño personaje con ojos grandes y brillantes. - Hola Alejandro -dijo el extraño-. Soy tu amigo imaginario. Alejandro estaba desconcertado. Nunca había tenido un amigo imaginario antes. - ¿Cómo te llamas? -preguntó curioso. - Me llamo Zorrito -respondió el amigo imaginario-.
Y he venido aquí para ayudarte a enfrentar tus miedos y superar tus desafíos. Zorrito explicó que era un experto en resolver problemas y que estaba allí para guiar a Alejandro hacia sus objetivos más importantes.
Juntos podrían hacer cualquier cosa si trabajaban juntos y mantenían una actitud positiva ante los obstáculos que pudieran aparecer en el camino. Durante las próximas semanas, Alejandro pasaba horas hablando con Zorrito frente al espejo antiguo.
Descubrió habilidades ocultas dentro de sí mismo y aprendió a enfrentar sus miedos con valentía. Juntos, Alejandro y Zorrito comenzaron a hacer planes para el futuro y se comprometieron a trabajar juntos para lograr sus metas.
Un día, mientras se miraba en el espejo, Alejandro notó que su reflejo había vuelto a la normalidad. Zorrito ya no estaba allí. - ¿Dónde estás? -preguntó preocupado. - Estoy aquí contigo -respondió una voz tranquilizadora desde dentro de él-.
Ya no necesitas un amigo imaginario porque ahora tienes todo lo que necesitas dentro de ti mismo. Has aprendido a confiar en ti mismo y has descubierto tu verdadero potencial. Ahora puedes hacer cualquier cosa que te propongas.
Alejandro sonrió mientras se miraba en el espejo antiguo. Había encontrado un nuevo amigo en sí mismo y sabía que podía enfrentar cualquier desafío que se le presentara en la vida gracias al poder del pensamiento positivo y la autodeterminación.
FIN.