El Refugio de la Amistad



Había una vez, en un hermoso reino rodeado de un frondoso bosque, una princesa llamada Sofía y un príncipe llamado Mateo. Ambos eran jóvenes y valientes, pero también muy curiosos.

Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con una ardilla que parecía estar triste. La princesa Sofía se acercó a ella y le preguntó:- ¿Qué te sucede amiguita? ¿Por qué estás tan triste? La ardilla levantó la cabeza y respondió con voz apagada:- Perdí mi hogar.

Un árbol gigante cayó durante la última tormenta y ahora no tengo donde vivir. El príncipe Mateo miró a su alrededor y vio que muchos otros animales también estaban preocupados por la misma razón.

Entonces, tuvo una idea brillante:- ¡Princesa Sofía! Podríamos construirles refugios temporales para que los animales no tengan que pasar frío ni estar tristes.

Sofía sonrió emocionada ante la propuesta del príncipe y juntos comenzaron a reunir ramas, hojas y piedras para construir pequeñas casitas en el bosque. Los animales observaban con alegría cómo sus nuevos hogares iban tomando forma. Pero justo cuando pensaban que todo estaba solucionado, apareció un lobo feroz llamado Dante.

El lobo era conocido por ser malvado y egoísta, siempre buscando problemas para los demás habitantes del bosque. Dante gruñó amenazadoramente a los animales e intentó destruir las casitas que Sofía y Mateo habían construido con tanto amor.

La princesa y el príncipe se pusieron frente a él, dispuestos a proteger a sus nuevos amigos. - ¡Déjalos en paz, Dante! - gritó Sofía valientemente. El lobo miró sorprendido a los jóvenes nobles y les dijo:- ¿Qué hacen ustedes defendiendo a esos animales? Son débiles e insignificantes.

Pero Mateo respondió sin temor:- Todos merecen ser felices y tener un hogar, incluso los más pequeños. No permitiremos que los lastimes. Dante quedó desconcertado ante la valentía y determinación de la princesa y el príncipe.

Finalmente, decidió retirarse del bosque dejando en paz a todos los animales. A partir de ese día, la princesa Sofía, el príncipe Mateo y todos los animales del bosque vivieron en armonía.

Los refugios temporales se convirtieron en hermosas casas permanentes para cada uno de ellos. La historia de cómo Sofía y Mateo ayudaron a los animales se difundió por todo el reino, inspirando a otros habitantes a cuidar y proteger la naturaleza que les rodeaba.

Y así fue como esta maravillosa pareja demostró que no importa cuán pequeños o insignificantes parezcamos, siempre podemos hacer una gran diferencia cuando actuamos con bondad y compasión hacia los demás.

FIN.

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