El regalo celestial de María
La Virgencita María, con su dulce voz y su mirada llena de amor, se encontraba rodeada de familias en un hermoso jardín. Los niños y niñas escuchaban atentos, ansiosos por aprender algo nuevo.
"Queridos niños y niñas, hoy quiero contarles una historia muy especial", comenzó la Virgencita María. "Se trata de un viaje que hice al Cielo". Los ojos de los pequeños se abrieron como platos mientras escuchaban con atención.
"Un día, mientras estaba rezando en mi humilde hogar, recibí la visita del ángel Gabriel", continuó la Virgencita María. "Él me dijo que Dios me había elegido para ser la madre del Salvador". Los niños sonreían emocionados al imaginar a la Virgen hablando con el ángel.
"Después de eso, nació Jesús y lo cuidé y amé con todo mi corazón", dijo la Virgencita María. "Pero llegó el momento en que tuve que despedirme de él aquí en la Tierra".
Las caritas de los niños se entristecieron al escuchar esto. "No se preocupen, queridos niños", les aseguró la Virgencita María. "Aunque fue difícil separarme de Jesús físicamente, Él siempre estará presente en nuestros corazones". Los pequeños suspiraron aliviados al saber que Jesús nunca los abandonaría.
"Y entonces llegó el día más maravilloso: mi Asunción al Cielo", continuó emocionada la Virgencita María. "Dios me llamó para estar a su lado en su reino eterno". Los niños miraban asombrados a la Virgen, imaginando cómo sería el Cielo.
"En ese momento, sentí una gran paz y felicidad", dijo la Virgencita María. "Pero también sabía que tenía que dejarlos a ustedes aquí en la Tierra". Un murmullo de tristeza se escuchó entre los pequeños.
"No se pongan tristes, queridos niños", les dijo la Virgencita María con ternura. "Aunque ya no esté físicamente con ustedes, siempre estaré cerca en espíritu". Los niños sonreían al saber que nunca estarían solos.
"Además, ahora tengo un papel muy importante como intercesora ante Dios", explicó la Virgencita María. "Pueden pedirme ayuda y orar para que interceda por ustedes". Los niños asintieron emocionados al escuchar esto.
La historia de la Asunción de la Virgencita María dejó una gran impresión en los corazones de los pequeños. A partir de ese día, aprendieron a confiar en su amor y protección. Con el tiempo, muchos milagros comenzaron a ocurrir gracias a las oraciones y peticiones hechas a la Virgencita María.
Los niños veían cómo sus sueños se hacían realidad y cómo sus problemas encontraban solución. Cada año, las familias volvían al jardín donde habían conocido esta maravillosa historia para celebrar juntos el amor incondicional de la Virgencita María.
Los niños llevaban flores y rezaban frente a su imagen, sintiendo su presencia cercana y reconfortante.
Y así fue como aquel encuentro con la Virgencita María se convirtió en una hermosa tradición que se transmitía de generación en generación, recordando siempre la importancia de tener fe y confiar en el amor infinito de Dios. .
FIN.