El Regalo de Cumpleaños



Julia estaba emocionada. Era su cumpleaños, y cumpliría ocho años. Cada año, en ese día tan especial, su abuelo llegaba al dormitorio a saludarla con una sonrisa enorme. -¡Feliz cumpleaños, mi pequeña Julita! -exclamaba su abuelo con los ojos brillantes-.

Sabes, para mí, tú eres el mejor regalo de la vida. Naciste en el mismo día que yo. -¿En serio, abuelo? ¡Eso es asombroso! -respondía Julia, sorprendida y emocionada.

A lo largo de los años, Julia y su abuelo compartieron momentos maravillosos juntos. Él le enseñó a pescar, a cuidar el jardín y a tocar la guitarra. Siempre le contaba historias fascinantes de cuando era joven.

Sin embargo, al cumplir doce años, Julia se sintió triste al no encontrar a su abuelo en la fiesta. -¿Dónde está abuelo? -preguntó preocupada a su mamá. -Lo siento, hija. Tu abuelo falleció esta mañana. Se fue muy tranquilo, sabiendo que tú eras su mejor regalo de cumpleaños.

Julia sintió un nudo en la garganta. Recordó todas las veces que su abuelo le había dicho eso, y el vacío en su corazón fue inmenso. Pasaron los años, Julia creció y se convirtió en una talentosa artista.

Un día, al cumplir veintiún años, descubrió una caja llena de cartas que su abuelo le había escrito a lo largo de los años. En cada una, él le recordaba cuánto la amaba y cuánto significaba para él que compartieran el mismo cumpleaños.

Julia comprendió que, aunque su abuelo ya no estuviera físicamente, su amor y su espíritu vivirían para siempre en su corazón.

Decidió honrar a su abuelo celebrando su cumpleaños con actos de bondad y apoyo a los demás, compartiendo el amor que su abuelo le había dado. Desde entonces, cada año, Julia celebra su cumpleaños recordando a su abuelo de una manera especial, haciendo del día un regalo para el corazón.

FIN.

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