El regalo de Doña Rosa



Había una vez una familia muy feliz compuesta por mamá, papá, un nene y una nena. Estaban tan emocionados porque se iban de vacaciones a la playa.

Prepararon todo lo necesario: sombrilla, sillas, juguetes, lona y hasta una radio para escuchar música mientras disfrutaban del sol y el mar. Pero había un pequeño problema. Querían llevar a Copito, su querido perro, pero sabían que no podían dejarlo solo en casa durante tanto tiempo.

Entonces decidieron dejarlo al cuidado de su vecina, Doña Rosa. Sabían que ella era muy amable y siempre estaba dispuesta a ayudar.

Antes de partir hacia la playa, la familia se aseguró de dejarle suficiente comida para Copito junto con instrucciones claras sobre cómo cuidarlo. Le dieron las gracias a Doña Rosa por aceptar cuidar de su animal amigo y prometieron traerle un regalo cuando volvieran. Los días en la playa fueron maravillosos.

La familia construyó castillos de arena, nadaron en el océano y disfrutaron del sol radiante. Se divertían tanto que perdieron la noción del tiempo. Mientras tanto, Doña Rosa se encargaba amorosamente de Copito.

Lo sacaba a pasear todos los días y le daba mucho cariño y atención. Juntos exploraban el vecindario e incluso visitaban el parque donde Copito hacía nuevos amigos perrunos. Pasó el fin de semana completo y finalmente llegó el momento de regresar a casa después de unas vacaciones inolvidables.

La familia estaba bronceada y llena de energía positiva gracias al tiempo que pasaron juntos en la playa. Al llegar a casa, se encontraron con una sorpresa.

Doña Rosa había preparado un delicioso almuerzo para darles la bienvenida y Copito estaba allí, esperándolos felizmente. El perro saltaba de alegría al ver a su familia nuevamente. La familia no podía creer lo bien cuidado y feliz que estaba Copito.

Agradecieron profundamente a Doña Rosa por su amorosa atención hacia su mascota durante su ausencia. Cumplieron su promesa y le entregaron el regalo que habían comprado especialmente para ella: un hermoso ramo de flores. Desde ese día, la relación entre la familia y Doña Rosa se fortaleció aún más.

Comenzaron a pasar más tiempo juntos, compartiendo comidas y risas. La familia aprendió sobre la importancia de confiar en los demás y valorar las relaciones vecinales.

Copito también aprendió una valiosa lección: aunque extrañó mucho a su familia durante esos días, supo apreciar el amor incondicional de Doña Rosa. A partir de entonces, siempre que salían de vacaciones o tenían compromisos fuera de casa, sabían que podían contar con ella para cuidar de Copito.

Y así fue como esta historia nos enseñó que tener buenos vecinos es algo maravilloso. Además, nos recuerda lo importante que es confiar en los demás y ser amables unos con otros.

Al final del día, todos necesitamos ayuda y cariño en algún momento de nuestras vidas, al igual que Copito lo recibió cuando sus dueños se fueron de vacaciones. Con esta hermosa experiencia grabada en sus corazones, la familia y Doña Rosa continuaron siendo grandes amigos, creando recuerdos inolvidables juntos.

Y Copito siempre supo que tenía un hogar lleno de amor y una vecina especial dispuesta a cuidarlo en cualquier momento.

FIN.

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