El Regalo de Dora Thanhân Málaga



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Dora Thanhân Málaga. Dora era una niña muy especial y siempre estaba llena de alegría.

Sin embargo, este año había sido un poco difícil para ella y su familia. Habían tenido algunos problemas económicos y no habían podido disfrutar de las cosas que solían hacer juntos.

Dora sabía que se acercaba la Navidad, pero sentía tristeza porque pensaba que los Reyes Magos no podrían cumplir sus deseos este año. A pesar de todo, decidió escribirles una carta con mucho amor y esperanza. "Queridos Reyes Magos", comenzó a escribir Dora con su mejor letra.

"Este año ha sido un poco difícil para mi familia, pero aún así quiero pedirles algo muy especial: paz y felicidad para todos nosotros. "Dora continuó escribiendo sobre cómo extrañaba poder jugar en el parque con sus amigos, visitar a sus abuelos y tener momentos especiales en familia.

"También quisiera pedirles juguetes para todos los niños que no tienen la oportunidad de recibir regalos esta Navidad", agregó Dora mientras recordaba a aquellos menos afortunados.

Una vez terminada la carta, Dora puso mucho esfuerzo en decorarla con dibujitos coloridos y corazones brillantes. Luego, junto a su madre, fueron al correo del pueblo para enviarla lo más pronto posible.

Un par de días después, mientras Dora ayudaba a su mamá en la cocina preparando galletitas navideñas, escucharon un ruido extraño afuera de su casa. Al asomarse por la ventana, vieron algo sorprendente: ¡eran los Reyes Magos!"¡Dora Thanhân Málaga! Hemos venido a visitarte", exclamaron los Reyes Magos con una sonrisa en sus rostros.

Dora se quedó sin palabras y abrió la puerta para recibir a los visitantes. Melchor, Gaspar y Baltasar entraron en su casa cargados de regalos y envueltos en un aura mágica.

"Hemos leído tu carta, Dora, y queremos cumplir tus deseos", dijo Melchor mientras sacaba juguetes de su bolsa mágica. Dora no podía creer lo que estaba viendo. Los Reyes Magos habían escuchado su pedido de paz y felicidad, así como también su deseo de ayudar a otros niños necesitados.

Era un milagro hecho realidad. Pasaron horas maravillosas junto a los Reyes Magos. Jugaron con los juguetes nuevos, compartieron risas y disfrutaron del verdadero espíritu navideño. Dora sintió que el amor había llenado cada rincón de su hogar.

Al finalizar la visita, antes de partir hacia otros hogares, los Reyes Magos le dijeron a Dora:"Recuerda siempre que el verdadero regalo de la Navidad es el amor que compartimos con aquellos que nos rodean.

Aunque haya momentos difíciles, nunca pierdas la esperanza ni olvides ser generosa. "Después de despedir a los Reyes Magos con una gran sonrisa en su rostro, Dora se dio cuenta de lo valioso que era tener fe y esperanza incluso en tiempos difíciles.

Comprendió que el espíritu navideño no se trata solo de recibir regalos, sino de compartir amor y alegría con los demás. Desde aquel día, Dora se convirtió en una niña aún más amable y generosa.

Siempre recordaba la visita de los Reyes Magos y buscaba maneras de ayudar a otros niños necesitados. Y así, gracias a la magia de la Navidad y a su corazón lleno de bondad, Dora pudo corregir y enmendar las cosillas que habían pasado durante el año.

La felicidad volvió a su hogar y nunca más perdió la esperanza en los milagros que pueden ocurrir cuando creemos en ellos. Y colorín colorado, esta historia llena de amor ha terminado. ¡Felices fiestas para todos!

FIN.

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