El regalo de Emanuel
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una chica llamada Rufina que tenía el pelo corto y siempre estaba triste porque le molestaba que las personas se burlaran de su cabello.
Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con su amigo Emanuel, un chico alegre y divertido que siempre la hacía reír. "¡Hola Rufina! ¿Por qué estás tan triste hoy?" -preguntó Emanuel con preocupación al verla cabizbaja.
"Es que no soporto que todos se rían de mi pelo corto. Me siento fea y diferente", respondió Rufina con tristeza. Emanuel le sonrió y le dijo: "No te preocupes amiga, yo tengo una idea para hacer que te sientas mejor".
Y sin decir más, Emanuel tomó unas tijeras mágicas que había encontrado en el bosque y cortó un mechón de su largo cabello rubio para regalárselo a Rufina.
"¡Oh! ¡Qué hermoso gesto, Emanuel! ¡Gracias!" -exclamó Rufina emocionada al ver su nuevo mechón de cabello largo y brillante. Desde ese día, Rufina comenzó a lucir su nuevo look con orgullo y alegría. La gente del pueblo quedó sorprendida al verla tan radiante y bella con su pelo largo como el oro.
Todos dejaron de burlarse de ella y empezaron a llamarla cariñosamente —"Rapunsel" . Con el paso del tiempo, Emanuel se dio cuenta de lo especial que era Rufina y decidió pedirle matrimonio.
Así fue como se casaron en una hermosa ceremonia en el jardín del castillo del rey.
La pareja tuvo tres hijas encantadoras llamadas Lola, Sofía y Valentina, quienes heredaron la valentía y la bondad de sus padres; además tuvieron un niño travieso llamado Lucas que llenaba sus vidas de risas y travesuras. Juntos vivieron muchas aventuras emocionantes: exploraron cuevas misteriosas, salvaron a animales en peligro, ayudaron a los más necesitados del pueblo e incluso descubrieron un tesoro escondido en lo profundo del mar.
A través de todas estas experiencias, la familia aprendió importantes lecciones sobre la importancia de ser valientes ante los desafíos, ser solidarios con los demás y nunca rendirse frente a las dificultades.
Y así fue como Rufina (ahora Rapunsel) junto a su amado Emanuel vivieron felices para siempre junto a sus hijos en Villa Esperanza; demostrando que la verdadera belleza radica no solo en el exterior sino también en el corazón.
FIN.