El Regalo de la Amistad
Había una vez una niña llamada Alexandra, que vivía en un pequeño pueblo lleno de montañas y árboles frondosos.
Alexandra era muy alegre y siempre se divertía con sus amigos, pero había algo que la hacía sentir triste: aún no podía olvidar a Daniel. Daniel había sido su primer amor, y juntos habían compartido momentos maravillosos. Pero un día, sin razón aparente, decidieron terminar su relación. Alexandra quedó destrozada por dentro y no entendía qué había pasado.
Pasaron los días y el dolor seguía latente en el corazón de Alexandra. Hasta que un día, mientras caminaba por el parque, vio a Daniel junto a su amiga Sofía riendo y divirtiéndose como antes lo hacían ellos dos.
El corazón de Alexandra se llenó de tristeza al ver cómo Daniel le estaba haciendo las mismas cosas especiales que solían compartir juntos.
"¿Por qué Daniel está haciendo todas esas cosas con Sofía? Eso era lo nuestro", pensó Alexandra mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Pero entonces recordó algo importante: ella también tenía amigos maravillosos que la querían mucho. Decidió hablar con ellos para desahogarse y buscar consuelo en su compañía.
Su amigo Lucas le dijo: "Alexandra, sé que estás pasando por un momento difícil, pero recuerda que siempre puedes contar con nosotros. No necesitas aferrarte al pasado para ser feliz".
Sus amigas Ana y Valentina agregaron: "Es normal extrañar a alguien cuando ha sido importante en nuestras vidas, pero eso no significa que no puedas seguir adelante". Las palabras de sus amigos resonaron en el corazón de Alexandra.
A pesar de la tristeza, decidió seguir adelante y enfocarse en las cosas que le hacían feliz. Con el tiempo, Alexandra descubrió nuevos hobbies y pasatiempos que llenaron su vida de alegría. Empezó a pintar hermosos cuadros y a escribir historias fantásticas.
También se dio cuenta de que tenía talento para la música y comenzó a tocar el piano. Un día, mientras tocaba una melodía dulce en el parque, Daniel se acercó a ella. Había notado lo feliz y radiante que se veía Alexandra, y no pudo evitar preguntarle cómo lo había logrado.
"Daniel, aprendí que la felicidad está en mí misma. Aunque aún recuerdo los momentos especiales que compartimos juntos, he encontrado nuevas formas de disfrutar la vida", respondió Alexandra con una sonrisa sincera.
Daniel reflexionó sobre las palabras de Alexandra y comprendió que también debía buscar su propia felicidad en lugar de aferrarse al pasado. Decidió disculparse con Sofía por utilizarla como reemplazo y prometió aprender a valorar a las personas importantes en su vida.
Desde ese día, tanto Alexandra como Daniel entendieron que aunque el amor puede doler cuando termina, siempre hay oportunidades para encontrar la felicidad nuevamente.
Aprendieron a apreciar los momentos vividos sin quedarse atrapados en ellos y descubrieron un nuevo significado del amor: amarse primero uno mismo antes de poder amar plenamente a alguien más. Y así, Alexandra siguió creciendo rodeada del cariño incondicional de sus amigos y encontrando nuevas aventuras cada día.
Aprendió que, aunque el pasado forme parte de su historia, es en el presente donde encuentra la verdadera felicidad. Y colorín colorado, esta historia de amor y crecimiento ha terminado.
FIN.