El regalo de la gratitud

En un hermoso bosque vivían muchos animales de todas las especies: conejos, ardillas, zorros, aves y muchos más. Todos ellos vivían en armonía y se ayudaban unos a otros.

Un día, una ardilla llamada Rosita encontró un delicioso manjar que había caído de un árbol. Decidió compartirlo con sus amigos del bosque y pronto todos estaban disfrutando de la dulce golosina.

"¡Oh, Rosita, gracias por este delicioso manjar!" agradecieron los amigos.

Las semanas pasaron y un nuevo desafío surgió en el bosque. Un feroz huracán azotó el lugar, provocando daños en los hogares de muchos animales. La astuta zorra, llamada Mateo, tuvo la brillante idea de construir refugios temporales para todos. El esfuerzo de Mateo fue reconocido por todos y, pronto, recibió gestos de gratitud de cada uno de sus amigos.

"¡Gracias, Mateo, por ayudarnos a construir estos refugios y protegernos del huracán!" exclamaron agradecidos. Luego de un tiempo, llegó la primavera y con ella la temporada de lluvias. Las aves, encabezadas por el sabio búho llamado Don Óscar, organizaron un sistema de recolección de agua para almacenarla y asegurar que todos tuvieran suficiente durante la temporada seca. Todas las mañanas, Don Óscar se encargaba de vigilar que el sistema funcionara adecuadamente. La generosidad y dedicación del búho no pasaron desapercibidas, y pronto, todas las aves se reunieron para agradecerle.

"¡Don Óscar, gracias por cuidar de nuestra agua y velar por nuestro bienestar!" le dijeron con alegría.

Después de vivir estas experiencias, todos los animales del bosque se dieron cuenta de lo importante que era expresar gratitud. Así que, una tarde, organizaron una pequeña fiesta para mostrar su aprecio a todos aquellos que habían hecho algo especial por ellos. Cada animal fue elegido para recibir el reconocimiento y las palabras de agradecimiento de sus amigos.

"Es tan reconfortante sentir el calor de la gratitud" -comentó Rosita la ardilla, mientras abrazaba a sus amigos.

Moraleja: La gratitud es un regalo que todos podemos dar. Reconocer y agradecer las buenas acciones fortalece las relaciones y hace que el mundo sea un lugar más cálido y feliz.