El Regalo de la Navidad



Había una vez un niño llamado Martín, que esperaba con ansias la Navidad. Su corazón estaba lleno de emoción, no solo por las luces, los árboles decorados y las fiestas, sino porque también deseaba un regalo especial. Desde que inició diciembre, Martín no dejó de pensar en lo que quería. "Mamá, ¿podré tener el nuevo videojuego que tanto anhelo para Navidad?"- preguntó mientras miraba por la ventana las luces que adornaban los árboles del barrio.

Su mamá, Clara, sonrió afectuosamente. "Martín, Navidad es más que solo regalos, es un momento para compartir y estar con los que amamos. Pero, ¿qué te parece si hacemos una lista de cosas que te gustaría tener?"-

Martín se sintió ilusionado y, con lápiz y papel en mano, anotó un montón de regalos. Al día siguiente, cansado de esperar, se fue a la cama imaginando todo lo que deseaba. En un profundo sueño, a través de un mundo mágico de colores y aromas, apareció un hermoso árbol de Navidad.

En este sueño, las luces brillaban intensamente, y Martín se encontró rodeado de montones de regalos envueltos con cintas de todos los colores. Además, un delicioso panetón aromático flotaba en el aire, haciendo su estómago rugir de hambre. "¡Qué felicidad!"- exclamó. "¡Quiero probar un pedacito!"-

De repente, una taza de leche apareció ante él, llena hasta el borde. "¿Qué es esto?"- pensó Martín mientras bailaba entre los regalos. A medida que disfrutaba de la fiesta navideña, empezó a sentir en su corazón algo que nunca había sentido antes: la alegría de estar compartiendo ese momento con otros niños que también soñaban con regalos, alegría y mucha felicidad.

Al amanecer, Martín despertó con una gran sonrisa en su rostro. Sin embargo, los sueños de regalos y diversión se desvanecieron un poco al recordar la conversación con mamá. En la cocina, encontró a su mamá preparando el desayuno y compartiendo una galleta con su perrito. "¡Buenos días, mamá!"-

Su mamá lo miró y dijo: "¿Podemos hablar del verdadero espíritu de la Navidad? Es un momento para compartir, demostrar amor y bondad hacia los demás. No solo recibir, sino también dar. ¿Qué te gustaría hacer esta Navidad para hacer felices a otros?"-

Martín se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de su madre. Pensó en lo divertido que sería ayudar a otros. "¿Y si hacemos una fiesta para los niños del barrio? Podríamos invitarlos a una merienda con galletas, panetón y, por supuesto, ¡chocolate caliente!"- sugirió emocionado.

Clara sonrió, entusiasmada por la idea. "¡Eso sería maravilloso, Martín! Podemos armar un árbol de Navidad donde todos traigan un regalo que ya no usen, para poder regalar a quienes más lo necesiten. Así, todos estaremos compartiendo de verdad."

Y así fue como Martín decidió que la Navidad no solo sería un momento para recibir, sino también para dar. Preparó un gran festín con la ayuda de su mamá, decoraron la casa y junto a sus amigos, disfrutaron de una tarde inolvidable. El árbol brillaba con los regalos, y el ambiente era pura alegría.

Ese día, Martín se dio cuenta de que el regalo más hermoso de todos era ver sonreír a los demás. Desde entonces, cada Navidad no solo fue un momento para él, sino una oportunidad para compartir y llevar alegría a los que los rodeaba. Y así, aprendió que a veces, el verdadero regalo es ofrecer amor y unión a quienes más lo necesitan.

FIN.

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