El Regalo de la Navidad



Era una vez, en un pequeño barrio de Argentina, una niña de 8 años llamada Lucía. Lucía era una niña feliz, pero había algo que la hacía sentir un poquito triste: sus padres estaban separados. Sin embargo, ambos la amaban con todo su corazón. Cada Navidad, Lucía hacía lo posible por disfrutar de esta mágica época del año, decidida a unir a sus padres de alguna manera.

Un día, mientras ayudaba a su mamá a decorar el árbol de Navidad, le preguntó:

"Mami, ¿por qué no pasamos la Navidad todos juntos en casa?"

"Querida, tus papás se quieren, pero a veces las cosas no son como uno desea. Lo importante es que te aman y siempre estará en sus corazones" respondió su mamá con una tierna sonrisa.

Esa noche, mientras Lucía se preparaba para dormir, miró por la ventana y vio una brillante estrella en el cielo. Entonces, tuvo una idea brillante. Decidió que iba a organizar una fiesta de Navidad en el parque para invitar a sus amigos, pero también quería invitar a sus padres. De esta forma, podría reunirlos y compartir esa noche mágica juntos.

Al día siguiente, Lucía se arremangó y comenzó a hacer invitaciones para su fiesta. Hizo un dibujo en cada una y las entregó a su papá y su mamá.

"Papá, mamá, quiero que vengan a mi fiesta de Navidad en el parque. Nos vamos a divertir juntos, ¡los quiero a los dos!" dijo con entusiasmo.

"Claro, hija, haremos lo posible por estar allí", respondieron ambos al unísono, sorprendidos por la valentía de Lucía.

Las semanas pasaron y Lucía se dedicó a preparar cada detalle para la fiesta. Hizo galletitas decoradas, preparó un árbol de Navidad en miniatura y pensó en juegos divertidos. Pero había un problema: sus padres aún no se hablaban mucho entre ellos. Sin embargo, Lucía tenía fe de que la Navidad podía cambiar eso.

El día de la fiesta, el parque estaba lleno de luces y música. Todos sus amigos llegaron, y sus padres, a pesar de sus diferencias, se esforzaron por participar. Lucía los vio un poco nerviosos, así que decidió hacer una actividad especial para romper el hielo.

"¡Chicos! Vamos a hacer un juego de colaboración. Necesitamos dos equipos y los padres deben jugar con nosotros."

Ambos se miraron, y con una sonrisa, aceptaron. Así se armó la primera ronda de juegos, donde se reían y se ayudaban unos a otros.

A medida que avanzaba la fiesta, Lucía notó que sus padres comenzaron a charlar mientras preparaban una de las actividades. Se sentía feliz al ver que la magia de la Navidad funcionaba. Cuando llegó el momento de abrir los regalos, Lucía no podía esperar y pidió a todos que se acercaran.

"¡Es hora de los regalos! Pero primero, quiero que todos digan algo lindo sobre otra persona aquí presente."

Los padres de Lucía intercambiaron miradas, y su papá comenzó:

"Lucía, eres la luz de nuestras vidas. Siempre nos haces sentir felices, y eso es un gran regalo."

Su mamá añadió:

"Sí, amor. Y yo valoro cada momento que compartimos, sea en familia o como amigos."

Lucía sonrió al ver que sus papás, aunque separados, se preocupaban el uno por el otro. La suma de los elogios siguió, creando un ambiente lleno de amor y risas. En ese instante, Lucía entendió que la verdadera magia de la Navidad era el amor que compartían.

Después de la fiesta, mientras todos se despedían, Lucía se acercó a sus padres:

"Creo que la Navidad me enseñó algo muy importante: el amor puede unirte de muchas maneras, incluso si estamos lejos."

"Tienes razón, Lucía. El amor siempre estará presente, sin importar lo que pase."

"Así es, mi pequeña. Siempre seremos una familia, de la manera que sea", respondieron en armonía.

Desde ese día, Lucía se sintió más conectada que nunca con sus padres. Aprendió que la Navidad no solo se trataba de regalos, sino de amor, unidad y de hacerse mejores personas. Y aunque sus papás vivían separados, sabían que el amor que compartían por ella siempre los uniría.

El regalo de la Navidad no era uno material; era el cariño que nunca se apagaba y un bello recuerdo que Lucía siempre llevaría en su corazón.

Así, cada Navidad se convirtieron en una oportunidad para recordar lo que realmente importa en la vida: el amor y la familia.

Fin.

FIN.

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