El regalo de los duendes



Hace mucho tiempo, antes de que los humanos existieran, un grupo de traviesos duendes se reunió en el bosque para hacer una travesura. Entre risas y murmullos, uno de ellos dijo: 'Pronto serán creados los humanos y no es justo que tengan tantas virtudes y posibilidades. Debemos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante.' Así que los duendes idearon un plan malvado.

Cuando los humanos finalmente fueron creados, los duendes se acercaron sigilosamente para llevar a cabo su malvado plan. Uno de ellos sopló viento frío para sembrar la duda en los corazones de los humanos, otro esparció algunas rocas en su camino para que tropezaran, y el más travieso de todos susurró pensamientos negativos en sus sueños. Los humanos, confundidos y desanimados, empezaron a sentir que la vida era más difícil de lo que debería ser.

Pero lo que los duendes no esperaban era que, en cada rincón del mundo, los humanos encontrarían la fuerza para superar todos los obstáculos. Descubrieron que el viento frío fortalecía su espíritu, las rocas en su camino les enseñaron a levantarse y seguir adelante, y los pensamientos negativos en sus sueños les dieron la determinación para ser aún más fuertes.

Con el tiempo, los humanos aprendieron a convertir cada desafío en una oportunidad para crecer. Comprendieron que la vida no siempre sería fácil, pero que cada obstáculo les brindaba la oportunidad de demostrar su valentía y determinación. Los duendes, sorprendidos por la resiliencia de los humanos, se dieron cuenta de su error y decidieron enmendarlo.

Los duendes regresaron al bosque y esta vez se reunieron para hacer algo bueno por los humanos. Decidieron regalarles algo especial, algo que les recordara su fuerza interior. Entonces, con sus risas traviesas y su magia bondadosa, los duendes crearon las estrellas, para que los humanos siempre tuvieran una luz brillante que los guiara en los momentos más oscuros.

Y así, los humanos recibieron el regalo de los duendes, una luz en el cielo que les recordaba que, sin importar cuán difícil fuera el camino, siempre tendrían la fuerza para seguir adelante.

Y desde entonces, las estrellas han brillado en el firmamento, recordándonos que incluso en la oscuridad, siempre hay luz y esperanza.

FIN.

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