El regalo del amor



Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en la ciudad junto a sus padres. Siempre había sido muy cercana a su abuela, pero ella vivía lejos, en un pequeño pueblo en el campo.

A pesar de la distancia, Sofía y su abuela se mantenían en contacto a través de videollamadas y cartas.

Un día, mientras Sofía estaba jugando en su habitación, recibió una emocionante noticia: ¡su abuela vendría a visitarla! Habían pasado meses desde la última vez que se habían visto y ambos estaban ansiosos por reunirse nuevamente. El día del viaje llegó y Sofía acompañó a sus padres al aeropuerto para recibir a su amada abuela.

Estaban parados cerca de las puertas de llegada con un cartel que decía "Bienvenida Abuela". De repente, vieron salir del avión a una multitud de personas, pero no veían a su abuela por ninguna parte. Sofía comenzó a preocuparse y miraba nerviosa hacia todos lados.

Entonces escuchó una voz familiar detrás de ella diciendo: "-¡Aquí estoy!". Se dio vuelta rápidamente y allí estaba su abuela con una gran sonrisa en el rostro.

Resulta que había salido por otra puerta del aeropuerto sin darse cuenta. Todos rieron por el malentendido y se dirigieron felices hacia casa. Durante los días siguientes, Sofía disfrutó cada momento junto a su abuela.

Juntos pasearon por la ciudad visitando lugares especiales como el parque, el museo y compartiendo largas charlas llenas de risas. Pero lo más emocionante era cuando llegaba la hora de los regalos.

Cada día, la abuela sorprendía a Sofía con algo especial: un libro nuevo, una muñeca hecha a mano o incluso ingredientes para hacer deliciosas galletas. Un día, mientras estaban sentadas en el jardín tomando té, Sofía le preguntó curiosa a su abuela: "-Abuela, ¿cómo sabías qué regalos darme?".

La abuela sonrió y respondió: "-Bueno, mi querida Sofía, te conozco muy bien y siempre trato de encontrar cosas que sé que te harán feliz". Sofía se quedó pensando en las palabras de su abuela. Comenzó a darse cuenta de cuánto amor y atención ponía su abuela en cada detalle.

A partir de ese momento, decidió poner en práctica lo que había aprendido. Un día, mientras exploraba el pueblo junto a su abuela, encontraron un pequeño mercado artesanal.

Allí vio una hermosa pulsera hecha a mano que recordaba los colores del arcoíris. Sabiendo cuánto le gustaban los colores vivos a su abuela, decidió comprarla como regalo sorpresa.

Cuando llegaron a casa esa tarde y Sofía entregó la pulsera a su abuela, esta se emocionó tanto que casi se le llenaron los ojos de lágrimas. "-Gracias mi niña", dijo con voz entrecortada "-Es el regalo más hermoso que he recibido".

A partir de ese día, Sofía entendió la importancia de prestar atención y conocer realmente las preferencias y gustos de las personas que amamos. Aprendió que los regalos no tienen que ser costosos o extravagantes, sino que lo más importante es el amor y la atención con la que se entregan.

Y así, Sofía y su abuela siguieron creando hermosos recuerdos juntas. Cada vez que pensaban en aquel viaje en avión, sonreían recordando cómo un pequeño malentendido los llevó a descubrir el verdadero significado de dar y recibir amor.

FIN.

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