El regalo del árbol de la sabiduría



En un pequeño pueblo de la Argentina vivía un niño llamado Juanito, al que todos llamaban John por su familia de habla inglesa. John era un estudiante de primaria un tanto gruñón y distraído. Nunca parecía estar contento con lo que tenía y siempre se quejaba por todo. No valoraba las pequeñas cosas de la vida y parecía no comprender la importancia de ser agradecido y bondadoso.

Un día, John se encontraba caminando por el bosque cerca de su casa, cuando escuchó un murmullo proveniente de un árbol centenario. Se acercó con curiosidad y notó que el árbol parecía estar susurrando algo. Entonces, el árbol comenzó a hablarle.

- ¡Hola, joven! -dijo el árbol con una voz sabia y profunda. -He notado que estás un poco perdido, que no encuentras el rumbo en tu vida. Dime, ¿qué es lo que más valoras en el mundo?

John se sorprendió al principio, pero luego respondió con indiferencia: -No valoro mucho, supongo. No veo por qué debería hacerlo.

El árbol suspiró y le dijo: -Tal vez sea hora de que aprendas una lección importante sobre el valor de la vida y la importancia de la gratitud.

Entonces, el árbol le dio a John una pequeña semilla y le dijo: -Toma esta semilla y plántala en tu jardín. Cuídala, obsérvala crecer y aprende de ella. Solo cuando estés listo, entenderás su significado.

John, intrigado, tomó la semilla y la llevó a casa. La plantó en su jardín y, día tras día, la cuidó con dedicación. Pronto, la semilla comenzó a brotar y se convirtió en un hermoso árbol frondoso.

Con el tiempo, John notó que el árbol tenía algo especial. Sus hojas parecían brillar con una luz especial, y cuando John se sentaba a su sombra, sentía una paz increíble. Poco a poco, el corazón de John comenzó a cambiar. Empezó a apreciar las pequeñas cosas, a agradecer por lo que tenía y a ser más amable con los demás.

Un día, el árbol le habló de nuevo: -Estás listo para entender el significado de esta semilla, John. Esta semilla te ha enseñado sobre el valor de la paciencia, el cuidado y la gratitud. Te ha mostrado que la verdadera belleza y sabiduría se encuentran en las cosas simples de la vida. A partir de hoy, lleva contigo este conocimiento y compártelo con el mundo.

Desde ese día, John se convirtió en una persona completamente diferente. Comenzó a ayudar a los demás, a ser agradecido y a valorar cada momento. Se dio cuenta de que la vida estaba llena de regalos maravillosos, y que él tenía el poder de hacer del mundo un lugar mejor con su bondad y agradecimiento.

FIN.

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