El Regalo del Padre de Santa
En una noche fría y estrellada, en un pequeño pueblo rodeado de colinas nevadas, vivía un hombre llamado Nicolás, conocido por todos como el padre de Santa Claus. Cada año, todos los niños esperaban ansiosos la Navidad, pero lo que pocos sabían era que Nicolás también había sido un niño que soñaba con tener su propia aventura.
Una tarde de diciembre, mientras los copos de nieve danzaban en el aire, Nicolás se sentó junto a la chimenea con su papá, un anciano de barba blanca y ojos brillantes.
"Papá, ¿qué es lo más especial de la Navidad?" - preguntó Nicolás mientras jugueteaba con una pequeña bola de nieve que había hecho.
"No es solo lo que recibimos, hijo. Es lo que damos lo que realmente cuenta. La alegría de compartir y hacer feliz a los demás es lo que hace mágica a esta noche", respondió su padre, mientras sonreía.
Nicolás escuchaba atentamente cada palabra, pero aún no podía imaginar cómo pudiera llevar a cabo esa idea. A medida que se acercaba la Navidad, Nicolás decidió que quería hacer algo especial para su padre, así que pensó en un regalo. No obstante, no tenía dinero y tampoco quería que su padre se enterara de que estaba planeando un obsequio. En cambio, decidió hacer algo diferente: sorprenderlo con un regalo hecho a mano.
Después de días de trabajar en secreto, Nicolás construyó un hermoso caramelo de madera, pintado con coloridos dibujos y lleno de dulces de verdad. Se sentía emocionado por la sorpresa que había preparado. En la noche de Navidad, mientras la gente celebraba, Nicolás se puso nervioso, pero decidido a mostrarle a su padre lo que había hecho.
Cuando la noche llegó, la familia de Nicolás se reunió alrededor del árbol decorado con luces brillantes y adornos de colores. Nicolás, con el corazón latiendo rápidamente, se acercó a su padre.
"Papá, tengo algo para vos" - dijo mientras le entregaba el regalo.
"¿Para mí?" - exclamó su padre con sorpresa. Al abrir el regalo, sus ojos se iluminaron con alegría.
"Hijo, ¡esto es maravilloso!" - dijo su padre, abrazando a Nicolás.
Justo en ese momento, Nicolás se dio cuenta de que el verdadero regalo no era el caramelo, sino el tiempo que había pasado creando algo especial para él. Su padre sonrió y dijo:
"Cada año, un niño me pide ser como Santa. Pero lo que realmente importa, es que lo llevemos en nuestro corazón todo el año. "
Nicolás sintió una chispa en su interior y decidió que quería compartir toda esa felicidad con otros. Así fue como, inspirado por la sonrisa de su padre, comenzó a confeccionar juguetes con su propio corazón, regalándolos a los niños del pueblo en Navidad.
Con el tiempo, Nicolás se convirtió en Santa Claus y aprendió que el verdadero espíritu de la Navidad es dar y compartir alegría. Y cada vez que entregaba un regalo, recordaba el caramelo que había hecho con tanto amor, recordando siempre lo que su padre le enseñó aquella noche estrellada.
La historia del regalo del padre de Santa se convirtió en una hermosa tradición, inspirando a muchos a hacer el bien en Navidad y durante todo el año. Así, la Navidad de Nicolás pasó de ser solo una celebración a convertirse en un recordatorio para todos de lo importante que es dar y amar. Y año tras año, el pueblo despertaba con la ilusión de ver los regalos que Santa había dejado, sabiendo que cada uno de ellos provenía de un corazón lleno de amor y bondad.
FIN.