El regalo del Padrino Sombrerudo


Había una vez una pareja que tenía tres hermosas hijas, pero deseaban con todo su corazón tener también un hijo varón. Un día, apareció en sus vidas un hombre excéntrico y muy simpático, al que todos conocían como el Padrino Sombrerudo. Este personaje tenía fama de ser un mago muy poderoso.

- Buenos días, querida pareja -saludó el Padrino Sombrerudo con una amplia sonrisa y una reverencia-. He venido a hacerles un regalo muy especial.

La pareja se sorprendió y se preguntaba qué podría ser ese regalo tan misterioso.

- Les concederé el deseo de tener un hijo varón -anunció el Padrino Sombrerudo, haciendo un gesto teatral con su sombrero.

La pareja se emocionó tanto que abrazó al Padrino y lo llenó de agradecimientos. El Padrino Sombrerudo los calmó y les explicó su condición:

- Este regalo tiene una condición. Cuando su hijo varón nazca, deberán criar a todas sus hijas y a su nuevo hijo con amor y respeto, sin hacer distinciones por su género. La verdadera riqueza de la familia reside en el amor, no en el género.

- Lo prometemos, Padrino Sombrerudo -respondieron al unísono la pareja, con los ojos llenos de lágrimas por la emoción.

El tiempo pasó, y la promesa se mantuvo fuerte en el corazón de la pareja. Finalmente, el día esperado llegó y nació un hermoso niño, al que llamaron Mateo. La familia estaba radiante de alegría, y tanto las tres hermanas como Mateo eran el centro de todas las atenciones y cariño de sus padres.

Con el paso de los años, el Padrino Sombrerudo siguió visitando a la familia y les enseñó a todos divertidos trucos de magia, les contó innumerables historias de aventuras y, sobre todo, les recordó siempre la importancia de amarse y respetarse mutuamente, sin importar el género.

Y así, la familia creció en armonía, disfrutando cada momento juntos, recordando siempre el valioso regalo que el Padrino Sombrerudo les había concedido.

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