El regalo del papá



Martincito era un niño muy alegre y curioso que vivía en una pequeña casa frente a un parque. Un día, su papá le dio una sorpresa muy especial. -¡Martincito, ven! ¡Tengo algo para ti! - exclamó su papá con alegría.

Martincito corrió hacia su papá y encontró un auto de juguete envuelto con un lazo rojo. -¡Es un regalo para ti, hijo! Ahora podrás jugar y divertirte mucho con este auto que te regalé.

Martincito, muy emocionado, abrazó a su papá y agradeció con una gran sonrisa. A partir de ese día, Martincito cuidaba su auto con mucho amor y lo llevaba a pasear por todo el parque.

Un día, mientras jugaba con su auto, Martincito vio a un niño triste que miraba desde lejos. Martincito se acercó a él y le preguntó qué le pasaba. El niño le contó que nunca había tenido un auto para jugar. Martincito, con su corazón bondadoso, le dijo: -No te preocupes, amigo.

Puedes jugar con mi auto todo el tiempo que quieras. Juntos lo cuidaremos y nos divertiremos mucho. El niño triste, lleno de alegría, aceptó la generosa oferta de Martincito.

A partir de ese momento, Martincito y el niño se convirtieron en grandes amigos, compartiendo su auto y creando aventuras increíbles en el parque. Martincito aprendió que compartir y ayudar a los demás es una de las cosas más maravillosas que se pueden hacer.

Y así, entre risas y juegos, Martincito descubrió que el verdadero valor de su regalo no estaba en el auto, sino en el amor y la amistad que compartía con los demás.

FIN.

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