El regalo mágico de los unicornios



Había una vez en un reino encantado donde vivía una hermosa princesita llamada Sofía. Hoy era un día muy especial, ya que la pequeña cumplía 4 años y su familia había preparado una gran celebración en el castillo.

Sofía estaba emocionada por su cumpleaños y no podía esperar a ver qué sorpresas le tenían preparadas. Lo que no sabía era que los unicornios del bosque cercano habían decidido darle un regalo muy especial en este día tan importante.

Por la mañana, mientras Sofía desayunaba con sus padres, escucharon un suave relincho afuera del castillo. Al asomarse por la ventana, vieron a los unicornios acercándose lentamente al jardín del castillo.

La princesita abrió grandes sus ojos al ver a estas criaturas mágicas acercarse. "¡Mamá, papá! ¡Miren los unicornios! Son tan hermosos", exclamó Sofía emocionada. Su madre sonrió y le dijo: "Parece que te traen un regalo especial por tu cumpleaños, querida".

Los unicornios entraron al jardín con gracia y elegancia, rodeando a la princesita con sus brillantes crines de colores. Uno de ellos se acercó a Sofía y le ofreció una flor mágica que nunca se marchitaba. "Feliz cumpleaños, princesita Sofía.

Que esta flor sea símbolo de nuestra amistad y de la magia que llevas dentro de ti", dijo el unicornio con voz melodiosa. Sofía tomó la flor entre sus manos temblorosas y sintió una cálida energía recorrer todo su cuerpo.

Sabía que este regalo era algo realmente especial y se sintió agradecida por tener amigos tan increíbles como los unicornios. La celebración continuó con juegos, risas y mucha alegría.

Los unicornios bailaban alrededor del jardín mientras los invitados disfrutaban de las delicias preparadas para la ocasión. Al caer la noche, todos se reunieron en el patio para presenciar un espectáculo de luces mágicas creado por los propios unicornios.

"¡Es increíble! Nunca olvidaré este cumpleaños tan maravilloso", dijo Sofía con lágrimas de felicidad en sus ojos. Sus padres la abrazaron con cariño mientras observaban maravillados el espectáculo luminoso ante ellos. La princesita sabía en ese momento que siempre llevaría consigo el recuerdo de aquel día lleno de magia y amor.

Y así, entre risas y destellos de luz, terminó el cuento del inolvidable cuarto cumpleaños de la valiente princesita Sofía junto a sus fieles amigos unicornios.

FIN.

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