El Regalo Mágico de Navidad



Era una noche fría y estrellada en el pequeño pueblo de Villanieve. La Navidad estaba a la vuelta de la esquina, y todos los niños soñaban con los juguetes que encontrarían bajo el árbol. En el centro del pueblo, había tres amigos inseparables: Sofía, Martín y Lucas.

Sofía era una niña curiosa y soñadora, siempre con una sonrisa en el rostro. Martín era más serio, pero le encantaba inventar cosas. Y Lucas, el más travieso del grupo, siempre estaba ideando nuevas aventuras.

Una tarde, mientras jugaban cerca del viejo roble del parque, Sofía dijo:

"¿Qué les parece si este año hacemos algo especial para la Navidad?"

"¿A qué te referís?" -preguntó Martín, mientras ajustaba sus gafas.

"Podemos crear nuestros propios regalos y entregárselos a quienes los necesiten. Así, haremos de esta Navidad algo inolvidable" -sugirió Sofía con entusiasmo.

"¡Sí! ¡Eso me encanta!" -gritó Lucas, emocionado.

"Pero, ¿cómo lo hacemos?" -preguntó Martín, pensativo.

Los tres amigos decidieron que cada uno debía crear un regalo. Sofía pensó en un libro de cuentos, Martín decidió construir un jueguito de madera, y Lucas se le ocurrió hacer dibujos para regalar. Pasaron días trabajando en sus proyectos, y la emoción los llenaba al pensar en quienes recibirían sus obsequios.

Finalmente, llegó Nochebuena. La comunidad se reunía con luces, risas y música. Sofía, Martín y Lucas estaban listos con sus regalos, pero había un problema: no sabían a quién regalarlos.

"¿Y si hacemos una búsqueda?" -propuso Lucas.

"¡Gran idea!" -exclamó Sofía.

"Podemos buscar a aquellos que se ven tristes o solos en la plaza" -añadió Martín.

Al caminar por la plaza, los amigos notaron a un anciano sentado en un banco, con una expresión de melancolía en su rostro.

"Hola, abuelo. ¿Por qué estás tan solo?" -preguntó Sofía.

"Es que hace tiempo que no veo a mi familia. Ellos están lejos y yo no puedo ir a visitarlos" -susurró el anciano.

"¡Entonces, ¡tené nuestro regalo!" -dijo Lucas, entregándole los dibujos.

"Oh, gracias, niños. Estos dibujos me alegran el corazón" -dijo el abuelo con una sonrisa.

Los amigos continuaron su búsqueda y encontraron a más personas que necesitaban un poco de alegría. Sofía regaló su libro a una niña que deseaba conocer historias mágicas. Martín entregó su juguete a un niño que no tenía con qué jugar.

Después de una larga noche de entregas, el trío se sintió lleno de satisfacción.

"No puedo creer lo bien que nos fue. Hicimos felices a muchos" -dijo Martín con una sonrisa.

"¡Sí! Esto es lo que hace la verdadera Navidad" -agregó Sofía.

"Lo mejor es que tenemos que seguir haciéndolo, ¡no solo en Navidad!" -exclamó Lucas, saltando de alegría.

Al volver a casa, el trío encontró un pequeño regalo en la puerta de la casa de Martín.

"¡Qué raro! ¿De quién será?" -preguntó Sofía, mirando intrigada.

"¡Abrámoslo!" -dijo Lucas, muy emocionado.

Al abrir el regalo, encontraron un libro sobre cómo hacer buenos actos y ayudar a los demás. En la tapa decía: "El verdadero espíritu navideño vive en aquellos que regalan sonrisas".

"Esto es un mensaje para nosotros" -dijo Martín.

"¡Sí! Nuestra misión comienza solo, aquí!" -aseguró Sofía, y todos se rieron.

Desde entonces, los tres amigos hicieron de la generosidad y la amabilidad parte de su vida y no solo en Navidad.

FIN.

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