El regalo mágico de Tito
Había una vez un pequeño duende llamado Tito que vivía en el bosque encantado. A diferencia de los demás duendes, Tito era muy especial, ya que tenía la misión de regalar a los niños que tenían mal comportamiento.
Tito era tan diminuto que podía esconderse fácilmente en cualquier lugar y observar cómo se portaban los niños. Si veía a alguno haciendo travesuras o siendo desobediente, sacaba de su bolsillo mágico un regalo especial para enseñarles una lección.
Un día, Tito vio a Sofía, una niña muy traviesa que siempre hacía travesuras y desobedecía a sus padres. Decidió acercarse sigilosamente y dejarle un regalo sorpresa bajo su almohada mientras dormía.
Al despertar, Sofía encontró el regalo y lo abrió emocionada. Para su sorpresa, dentro había un libro sobre la importancia de ser amable con los demás. Al principio, Sofía no entendió por qué había recibido ese regalo, pero decidió leerlo para averiguarlo.
A medida que Sofía iba leyendo el libro, comenzó a darse cuenta de las consecuencias negativas de su mal comportamiento. Se dio cuenta de cómo lastimaba los sentimientos de sus amigos y familiares con sus travesuras y entendió que debía cambiar.
Desde aquel día, Sofía se propuso ser más amable y respetuosa con todos. Ayudaba a sus padres en casa sin protestar e incluso compartió algunos juguetes con su hermanito menor.
El siguiente niño al que visitó Tito fue Tomás, un niño que siempre se burlaba de sus compañeros en la escuela. Tito le dejó un regalo bajo su escritorio y, al abrirlo, encontró una caja llena de lápices de colores.
Tomás no entendía por qué había recibido ese regalo, pero decidió usar los lápices para hacer dibujos bonitos y regalárselos a sus compañeros como una disculpa por su mal comportamiento. A medida que Tito continuaba visitando a otros niños con mal comportamiento, todos ellos aprendían valiosas lecciones.
Algunos recibieron juguetes educativos para fomentar su creatividad, mientras que otros recibieron libros sobre la importancia del respeto y la amistad. Poco a poco, todos los niños comenzaron a cambiar su actitud y a comportarse mejor.
Incluso formaron un club llamado "Los Amigos del Duende", donde compartían sus experiencias y ayudaban a otros niños a mejorar. Tito estaba muy feliz de ver cómo los regalos habían hecho una diferencia en la vida de los niños.
Pero sabía que aún quedaba mucho trabajo por hacer. Continuó escondiéndose en el bosque encantado, observando atentamente y llevando regalos sorpresa para aquellos que necesitaban aprender lecciones importantes.
Gracias al pequeño duende Tito y sus regalos mágicos, los niños aprendieron que siempre hay consecuencias para sus acciones y que ser amable y respetuoso con los demás es lo más importante.
Y así fue como el bosque encantado se convirtió en un lugar lleno de alegría y buen comportamiento gracias al duende más pequeño y especial de todos.
FIN.