El regalo más valioso
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, llamado Villa Felicidad, donde los niños y adultos esperaban con ansias la noche de los Reyes Magos.
Era una tradición muy especial en la que todos se reunían para celebrar y compartir momentos llenos de alegría. En esta ocasión, el protagonista de nuestra historia es Tomás, un niño curioso y aventurero que siempre estaba buscando nuevas emociones.
Desde días antes de la llegada de los Reyes Magos, Tomás no podía dormir pensando en qué regalo pedirles. Recorrió todas las jugueterías del pueblo y aún así no lograba decidirse.
Un día antes de la noche mágica, Tomás decidió visitar a su abuelo Juan, quien vivía en una vieja casa cerca del bosque. Abuelo Juan era conocido por ser un sabio consejero y siempre tenía respuestas a todas las preguntas. Al llegar a su casa, Tomás encontró a su abuelo sentado frente a un libro antiguo.
"-¡Hola abuelo! ¿Qué estás leyendo?", preguntó emocionado. "-Hola mi querido nieto", respondió el abuelo con una sonrisa. "Estoy leyendo sobre las historias de los Reyes Magos".
Tomás se acercó intrigado y le preguntó: "-Abuelo Juan, ¿qué hace que esta noche sea tan especial? ¿Por qué todos están tan emocionados?". El abuelo lo miró tiernamente y le explicó: "-La noche de los Reyes Magos es especial porque nos enseña el valor de dar sin esperar nada a cambio.
Los tres reyes recorren el mundo llevando regalos a los niños que han sido buenos durante el año, pero también nos enseñan a valorar lo que tenemos y a compartir con los demás". Tomás reflexionó sobre las palabras de su abuelo.
"-Abuelo, ¿qué puedo pedirle a los Reyes Magos si ya tengo todo lo que necesito?"El abuelo Juan sonrió y dijo: "-Mi querido Tomás, el mejor regalo que puedes pedirles es la felicidad para ti y para todos aquellos que te rodean.
Pide amor, comprensión y momentos especiales junto a tu familia y amigos". Tomás asintió emocionado y decidió seguir el consejo de su abuelo.
Esa noche, en lugar de escribir una carta pidiendo juguetes materiales, Tomás escribió una carta llena de deseos para él y para todos los habitantes del pueblo. La noche de Reyes llegó finalmente. Los niños se reunieron en la plaza principal junto a sus padres y abuelos.
Todos esperaban ansiosamente la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. De repente, un brillo en el cielo anunció la llegada de los tres reyes magos montados en sus majestuosos camellos. Bajaron cargados con sacos llenos de regalos.
"-¡Feliz noche de Reyes!", exclamaron al unísono mientras comenzaban a repartir los obsequios entre los niños. Tomás recibió un pequeño paquete envuelto con mucho cariño.
Al abrirlo, encontró una carta escrita por uno de los reyes magos:"Querido Tomás, Hemos leído tu carta llena de buenos deseos y nos ha conmovido profundamente. Queremos decirte que el mejor regalo que puedes recibir es la alegría de ver a los demás felices. Sigue siendo un niño generoso y solidario, porque eso te hará verdaderamente feliz.
Con cariño, Melchor, Gaspar y Baltasar"Tomás sonrió al leer la carta y miró a su alrededor. Vio a todos los niños disfrutando de sus regalos, pero también compartiendo risas y abrazos con sus amigos y familiares.
Esa noche, Tomás aprendió una valiosa lección: no importa cuántos juguetes tengamos, lo más importante es el amor y la felicidad que podemos compartir con los demás. Desde ese día, Tomás se convirtió en un niño más consciente de las necesidades de los demás.
Ayudaba a repartir alimentos en el comedor comunitario del pueblo e invitaba a jugar a aquellos niños que se sentían solos.
Y así, Villa Felicidad se llenó de magia durante todo el año gracias a la enseñanza que Tomás recibió aquella noche mágica de Reyes Magos.
FIN.