El regalo olvidado



Abuelo Jorge estaba muy emocionado por darle a su nieto Javier un regalo muy especial. Había estado guardando una reliquia familiar durante años: un antiguo encendedor que perteneció a su abuelo.

Abuelo Jorge había prometido dárselo a Javier en su cumpleaños número 10. El día del cumpleaños de Javier, Abuelo Jorge llamó para felicitarlo y recordarle sobre el regalo que le tenía preparado.

Pero Javier estaba tan ocupado con sus amigos y la fiesta que se olvidó completamente del regalo. Pasaron los días y las semanas, pero Javier nunca fue a casa de su abuelo para reagarrar el obsequio.

Abuelo Jorge comenzó a sentirse desanimado al pensar que tal vez su nieto no valoraba la reliquia tanto como él esperaba. Un día, mientras caminaba por el parque cercano, Abuelo Jorge notó algo brillante en el pasto. Era el encendedor que había querido darle a Javier.

Lo recogió con tristeza pensando en lo decepcionado que estaría su nieto cuando supiera lo ocurrido.

Pero luego tuvo una idea: ¿por qué no usar esta situación como una oportunidad para enseñarle algo importante a su nieto? Cuando llegó la próxima visita de Javier, Abuelo Jorge decidió contarle toda la historia detrás del encendedor y cómo había sido utilizado por generaciones pasadas de la familia para encender hogueras durante las vacaciones familiares. "Javier, te quiero mostrar algo muy especial", dijo Abuelo Jorge sacando el encendedor de su bolsillo.

"Este objeto ha sido pasado de generación en generación en nuestra familia y ha sido utilizado para encender hogueras en las vacaciones que pasábamos juntos. Quiero que lo tengas tú ahora".

Javier estaba emocionado de recibir el regalo, pero Abuelo Jorge no había terminado su lección. "Pero hay algo más importante que quiero enseñarte", continuó. "A veces podemos olvidarnos de cosas importantes en la vida, como este regalo.

Pero eso no significa que el valor de esas cosas disminuya. Debemos recordar siempre lo que es verdaderamente valioso y tratarlo con respeto y cariño". Javier entendió perfectamente el mensaje de su abuelo y prometió cuidar la reliquia familiar por siempre.

Desde ese día, Javier llevaba el encendedor a todas partes como un recordatorio del amor y los valores familiares. Y Abuelo Jorge se sintió feliz al saber que su nieto había aprendido una lección importante gracias a él.

FIN.

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