El regalo verde de Mateo



Mateo era un niño de 9 años que recibió una planta de regalo. Estaba muy emocionado con su nuevo regalo, pero también preocupado por no saber cómo cuidarla.

Decidió pedir consejos a su mamá, a su papá, a su vecino el señor Pérez y a su señorita Clara. "Mamá, ¿cómo puedo cuidar mi planta?", preguntó Mateo con entusiasmo. "Hijo, cada planta necesita agua, luz y amor.

Colócala en un lugar con luz, riégala regularmente y háblale, las plantas también adoran escuchar palabras amables", respondió su mamá. "Papá, ¿tú cómo cuidas tus plantas en el jardín?", preguntó Mateo con curiosidad.

"Bueno, hijo, para que una planta crezca fuerte es importante que le quites las hojas secas, le des abono de vez en cuando y la protejas del frío en invierno", dijo su papá. "Señor Pérez, ¿qué consejo me daría para cuidar mi planta?", preguntó Mateo tímidamente.

"Ah, Mateo, las plantas también necesitan ser podadas de vez en cuando, así que no tengas miedo de cortar un poco para que crezcan más bonitas. Y recuerda, siempre con mucho cuidado", aconsejó el señor Pérez. "Señorita Clara, tengo una planta y no sé cómo cuidarla, ¿me podría ayudar?", preguntó Mateo con esperanza. "Claro, Mateo.

Además de los consejos que ya te dieron, es importante que investigues qué tipo de planta es y cuáles son sus necesidades específicas, cada una es diferente. Así que, ¡ponte a investigar y diviértete aprendiendo!", alentó la señorita Clara.

Con todos estos consejos en mente, Mateo decidió investigar más sobre su planta y se propuso cuidarla con mucho amor y dedicación.

Con el tiempo, su planta comenzó a crecer hermosa y fuerte, y Mateo comprendió que, al igual que las plantas, él también podía crecer y aprender con paciencia y cuidado.

FIN.

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